Sin dudas, el Chardonnay la uva protagonista de los mejores vinos blancos de la historia. Y este año, la celebración internacional cae el 25 de mayo, igual que nuestra fecha patria, por lo tanto, habrá dos motivos para brindar. Por sus características, es una de las cepas favoritas de los enólogos que ven en ella la posibilidad de consagrarse con un gran exponente blanco. Surgió a partir del cruce de otras dos variedades de uva prestigiosas de Francia, la Pinot Noir y la Gouais Blanc.
Y si bien esta festividad, que empezó hace más de una década, se da más en las redes sociales, es una oportunidad para los productores y vendedores de alentar a consumidores de todo el mundo a agregar un poco de Chardonnay a sus vidas.
Actualmente en nuestro país hay menos de 6000 hectáreas de Chardonnay plantadas, lo que equivale a menos del 3% del viñedo total. Y si bien además es una de las dos uvas más importantes para la elaboración de vinos espumosos, sigue siendo la protagonista indiscutida de los mejores blancos nacionales, no solo por su prestigio internacional, sino por sus características y su capacidad de evolucionar en botella. Pero acá, la evolución de la variedad fue vertiginosa, porque hace poco tiempo, casi nadie hubiera imaginado que uno de los mejores vinos argentinos sería blanco.
La respuesta está en la evolución cualitativa de estos vinos blancos que son más difíciles de elaborar que los tintos por tratarse sólo del jugo de uva y sin participación del hollejo. Los hacedores aprendieron que, en las alturas ideales, estas uvas maduran con una acidez tan firme que pueden dar vinos con gran personalidad y mucha longevidad. Se trata del blanco más prestigioso del mundo, y aquí no es la excepción; aunque sean recientes los grandes exponentes.
La historia reciente cuenta que a fines de los 90´ los Chardonnay eran concebidos a imagen y semejanza de los vinos californianos; densos, golosos, maduros y con mucha influencia del roble. Aunque el paradigma de los winemakers siempre fue el Borgoña francés, con todas sus delicadas austeridades.
Hoy, para hacer los mejores Chardonnay se buscan parcelas especiales dentro de las viñas con suelos más profundos, donde las rocas predominen y el carbonato de calcio aporte lo suyo, reteniendo humead en el suelo y alimentando mejor a las raíces. Aprender a regar fue fundamental para darle a la planta sólo el agua que necesitaban las vides. Y luego en bodega tocó animarse a dejar que el vino se expresara sin vestirlo demasiado. Pueden fermentarse en barricas, pero actualmente seguro serán usadas para evitar las notas del roble. También en piletas de cemento, sin miedo a la acción de la oxidación, porque los enólogos ya saben que esos colores amarronados que imparten miedo al inicio del proceso fermentativo, luego devienen en cristalinos y brillantes tonos amarillos cuando decantar naturalmente, manteniendo mejor la esencia del lugar que viene en las uvas. Por eso, los enólogos dicen que la calidad que no venga en la uva, en bodega no la pueden lograr, por más métodos sofisticados de elaboración y crianza que utilicen. Hoy, toda la información que permite la tecnología, en cuanto a clima y suelos, se está aplicando cada vez más para dar con la mejor expresión posible del Chardonnay en cada zona. Como los suelos son muy heterogéneos y en un mismo viñedo hay mucha diversidad, aunque se trate de la misma uva, se detectaron sectores que se comportan diferente y por eso se vinifican (o micro-vinifican) por separado, con la menor intervención posible en bodega. Esto además ha logrado fijar con mayor puntería el momento óptimo de cosecha, casi de cada planta. Porque hoy está claro que, si los suelos varían, también la absorción de agua, condicionando la evolución de los racimos y el vigor de cada vid. Así, los mejores exponentes son de partidas limitadas.
Pero lo más importante es que cada vez son más y que todas esas enseñanzas van a terminar, tarde o temprano, derramando en los demás Chardonnay, impulsando más la categoría. Todos estos hallazgos han permitido que algunos exponentes de la variedad estén entre los mejores vinos argentinos. Además, ya son varios los blancos de guarda y de alta gama que hay en el mercado. Vinos muy delicados e ideales para la buena mesa, como así también para guardar por muchos años. Y lo mejor, es que de a poco los límites se van ampliando hacia nuevos terruños. Un gran Chardonnay tiene que ser austero en sus expresiones, esto significa que no se lo debe asociar a una fruta, especia o hierba en particular, sino que su carácter debe ser un conjunto de atributos que muestren algo único, con una tensa frescura (dada por la acidez), buen volumen y trago tan equilibrado como profundo. Claro que puede tener matices como notas de crianza o de levaduras, pero mejor si salen sobre el final de boca.
Terrazas Grand Chardonnay 2021
Terrazas de los Andes, Gualtallary, Valle de Uco $9300
Combinado uvas de altura de dos viñedos diferentes (Caicayén a 1230m y El Espinillo a 1650m) se concibió este blanco que busca ser la mejor y más representativa expresión de la variedad en la región. Sus aromas son frescos y de frutas blancas con suaves dejos de levaduras. Hay una tipicidad y una frescura más tensa que habla de una cosecha fría. Equilibrado, tanto en nariz como en boca, a pesar de su carácter joven, gracias a sus texturas finas y mordientes. Mejor decantarlo. Beber entre 2023 y 2026. 92 Puntos Portelli
Salentein Single Vineyard Las Sequoyas Chardonnay 2021
Bodega Salentein, San Pablo, Valle de Uco $15.900
El trabajo en este viñedo extremo que viene haciendo Pepe Galante y su equipo desde la cosecha 2019, es notable y se ve muy bien reflejado en este vino. Porque sus aromas son más austeros y a la vez más delicados, con leves dejos a levaduras que hablan de un gran trabajo sobre lías y de una crianza sumamente precisa y equilibrada. Además, su buen agarre aporta tensión y profundidad a cada trago, resaltando la frescura natural del lugar. Beber entre 2023 y 2028. 93 Puntos Portelli
María Carmen Chardonnay 2021
Bodegas Bianchi, San Rafael, Mendoza $17.650
La evolución de este gran blanco argentino es tan notoria que en 2022 fue el único vino argentino que se llevó el premio “Master” en The Global Chardonnay Masters, una de las competencias más importantes del mundo, organizada por The Drinks Business. Elaborado con uvas de una parcela distinta, con un alto componente de calcáreo, Silvio Alberto lo fue afinando de a poco desde su llegada a la bodega. Este 2021 es amplio y de buen volumen, pero también ágil y austero en su carácter y con una frescura tensa que aporta profundidad y buen potencial de guarda. Beber entre 2023 y 2031. 93 Puntos Portelli
Zuccardi Botánico 2021
Zuccardi Valle de Uco, Gualtallary Monasterio $27.700
Es la primera cosecha de este Chardonnay elaborado 50% en concreto y 50% en barricas de 500 litros, sin maloláctica. Es uno de los nuevos vinos de paraje, elaborado con uvas de las flamantes fincas Las Cerrilladas y Las Jarillas. De aromas bien austeros y con una frescura tensa y a la vez integrada. Todavía joven y muy vertical en su trago, más allá de su buen volumen. Sobre el final asoma leve una nota de fruta blanca ácida que aporta profundidad. Beber entre 2023 y 2031. 95 Puntos Portelli
Adrianna Vino de Parcela Chardonnay White Bones 2020
Bodega Aleanna, Gualtallary, Valle de Uco $43.400
Este vino proviene de una parcela (2,2ha) tan estudiada (por Alejandro Vigil y Luis Reginato) como especial, por la presencia de “huesos blancos” que indican el alto contenido de calcáreo en el suelo. Desde hace algunos años en el viñedo como en la bodega se elabora con mucha precisión. Es por ello que se refleja tanto el carácter del año cálido e las copas. Esto lo hace más austero en sus expresiones, pero a la vez le resta longevidad. De buen volumen y frescura, con sus dejos herbales sutiles en el final de boca., con algo de levaduras y toque de madurez. Beber entre 2023 y 2025.94,5 Puntos Portelli