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5 espumantes nacionales para celebrar

Es una de las categorías que más ha evolucionado en los últimos años, apoyada en la calidad de las uvas Chardonnay y Pinot Noir provenientes de terruños de altura, y en un mejor know how de los métodos de elaboración

Muchos no saben que este es un país champañero por herencia de costumbres, pero también por el trabajo insistente de una de las casas más importantes de la Champagne, que eligió hace más de sesenta años instalarse en la Argentina para elaborar, por primera vez en su historia, vinos espumosos fuera de la región, con la misma calidad que sus vinos de origen. Es por ello que se puede entender la evolución del consumo local a partir del desarrollo que hizo Chandon atravesando décadas de gran influencia. Y si bien en los noventa se popularizaron las etiquetas importadas de mayor prestigio, gracias a la convertibilidad, resultó ser un espejismo más en la historia local. Sin embargo, eso marcó un antes y un después en la rica historia de los vinos espumosos argentinos. Hoy, es una de las categorías que más y mejor se ha desarrollado, alcanzando la más alta calidad a partir de uvas cultivadas a mayor altura, que alcanzan niveles de acidez natural más marcados y definidos. Además, el gran conocimiento logrado en los últimos veinte años con el Chardonnay y el Pinot Noir, las dos cepas más utilizadas, también fue clave. Como así el mejor manejo de ambos métodos de producción, el Champenoise, de botella por botella, y el Charmat, elaborado en grandes tanques presurizados.

Y si en Champagne las claves de su éxito global son historia, calidad y prestigio, eso es lo que algunos exponentes locales empiezan a demostrar, porque ya hay varios vinos espumosos nacionales que nada tienen que envidiar a los vinos más famosos del mundo. Pero llegar hasta acá no fue tan fácil y llevó mucho tiempo. Luego de desafiar los propios límites y explorar nuevas tierras que mostraran el camino hacia la excelencia. La búsqueda de la más alta calidad llevó a conquistar nuevas zonas y alturas, con grandes extensiones de viñedos destinadas a elaborar vinos base a 1.200, 1.500 y 1.600 mts de altura sobre el nivel del mar, en el caso de Chandon. Siendo el modelo a seguir de los demás productores locales de todas las regiones. Sin dudas, la clave estuvo en obtener uvas con una mayor concentración de acidez natural y equilibrio polifenólico. Llevando a cabo una viticultura a medida, con procesos de vinificación que buscan preservar siempre la frescura natural de la fruta. Un trabajo laborioso y artesanal, realizado por viticultores que cuidan sus viñedos a lo largo del año y recolectores que eligen las uvas a mano en cada cosecha. La incorporación de la prensa neumática, los tanques de acero inoxidable y el riego por goteo a gran escala fueron todas innovaciones que permitieron minimizar la intervención del hombre, dejando que la naturaleza se exprese siempre con la máxima calidad.

Es lógico hablar de la evolución de las burbujas locales a través de Chandon. Porque la prestigiosa maison (fundada en 1743) lleva más de 60 años en el país, y desde entonces fue la principal protagonista de la categoría, creándola y formando a consumidores de varias generaciones. Fue Chandon quien creó el segmento de espumantes premium, educando a los consumidores y marcando los estándares de la categoría: dando un impulso decisivo al cultivo de Chardonnay y Pinot Noir de calidad. Además, creó la categoría Extra Brut, inédita en el mundo y la más consumida en Argentina hasta hoy. Entre de los pequeños productores cabe destacar a Rosell Boher, que nació justo para abastecer al mercado de espumantes de alta gama cuando los Champagnes se volvieron incomparables (2001). Allí, sigue Alejandro “Pepe” Martínez Rosell elaborando todos los espumosos bajo el método tradicional o Champenoise. Alejandro Vigil; el hacedor más famoso de la Argentina; no solo se luce con el DV Catena Brut Nature y el Saint Felicien Nature, sino que también lo hace de manera indirecta, ya que su mujer (María Sance) ha lanzado junto a sus hermanos una línea de blancos y espumosos “Lo Sance” que ya están en copa de todos. Una de las bodegas más nuevas entre las grandes, que más apostó por esta categoría logrando un gran éxito es Salentein, de la mano de Carlos Bauzá. Otra bodega que sorprende con sus burbujas es Vistalba, desde el lanzamiento de su Progenie fundacional, un vino con 36 meses sobre borras, creado como un homenaje a los 90 años de Don Antonio Pulenta.

Obviamente existen muchos otros nombres importantes en las burbujas argentinas. Como Navarro Correas, con sus exclusivas botellas y de la mano de su flamante enóloga Alejandra Riofrío. Bodegas Bianchi, con su histórica champañera de San Rafael y su vino estrella sigue siendo uno de los principales protagonistas. Rutini con los exponentes elaborados por Nani, el hijo de Mariano Di Paola, el eterno enólogo de la casa. Muchas otras grandes bodegas apostaron a los espumosos de calidad como Luigi Bosca con su Bohème y su línea Luigi Bosca, Nieto Senetiner creando el primer Blanc de Noir hace muchos años y luego consagrándose con el Cadus, López y sus renovados Montchenot, Trapiche con su Fond de Cave, Escorihuela Gascón con su Miguel Escorihuela Gascón Brut Nature, y Norton con sus Cosecha Especial que, como siempre, llegan en su tradicional botella campana. Mientras que otras aprovecharon la oportunidad para “completar” sus portfolios con la idea de captar consumidores. Y si bien no todos pudieron sostener la calidad de manera consistente, hay varios exponentes en esta categoría para destacar, como Kaiken Brut (Kaiken), Casa Petrini Pinot Noir Extra Brut (Casa Petrini), Aurum Extra Brut (Finca Bandini), Marcelo Pelleriti con sus espumosos Petite Fleur y Lindaflor (Monteviejo), Santa Julia con su diversa y divertida propuesta de espumosos que crece cada año, el flamante Antonieta integrante de los nuevos vinos de alta gama de la familia Falasco, el atractivo y original Doña Paula Sauvignon Blanc, Toso con tradicional y reconocido Extra Toso, y Dante Robino con su Gran Dante, entre muchos otros.

Y así como hay bodegas grandes, también hay nombres que no producen tantas botellas, pero hacen mucho ruido. Como el Pepe Reginato, discípulo del Chivo Antolín, que desde su bodega familiar (con su hermano Luis) y Relator Wines siempre sorprende con cosas nuevas y cosas viejas recién salidas. También Pedro Rosell en Cruzat, quien junto Lorena Mulet se animaron a crear una bodega ciento por ciento dedicada a elaborar espumantes premium. Y Walter Bressia con sus Royal y Sylvestra.

La historia de los chicos de Alma 4 ya superó los veinte años, y sigue siendo notable su evolución y su constante búsqueda; uno de ellos es Sebastián Zuccardi, quién también está detrás del Blanc de Blancs de su familia, uno de los grandes exponentes de la categoría. En Patagonia, Leonardo Puppato (ex Chandon) ha creado un imperio de burbujas con sus variadas etiquetas de Familia Schroeder. También el Brut Nature de Bodega Del Fin Del Mundo ostenta más de quince añadas en el mercado. Otros espumosos patagónicos que surgieron este año son los de Otronia, elaborados por el enólogo Juan Pablo Murgia. Se trata de un Brut Nature 100% Chardonnay y un Rosé 100% Pinot Noir, ambos orgánicos y de los viñedos más australes del mundo en Chubut. En la costa argentina (Chapadmalal), el joven Ezequiel Ortego produce burbujas de alto nivel en la bodega Costa y Pampa. También en el NOA se hacen vinos espumosos muy atractivos, como el de Tania Hoy, un método tradicional 100% Torrontés que elabora de manera artesanal con su padre.

Esto demuestra que no hay fronteras para las burbujas, solo hay que tener mucho cuidado en el punto de cosecha para lograr uvas con mayor tensión natural que para los demás vinos.

Por suerte, hoy todas las bodegas están muy preocupadas por lograr la mejor calidad en cada añada, sostenerla en el tiempo, y lograr un estilo propio. Y esto, que se percibe en las copas, es lo que hace que cada vez sean más los que extrañan menos a los espumosos importados, incluyendo a los famosos Champagnes.

Del Fin del Mundo Brut Nature s/a

Bodega Del Fin del Mundo, Neuquén $2200

Este vino llega al mercado con cuatro años, 36 meses sobre borras y luego seis meses más en estiba en la bodega. Es un Pinot Noir 100%, para acentuar el carácter patagónico del vino, elaborado por el método tradicional. Es un vino expresivo, de paladar amplio y fresco, con dejos de frutas maduras, con toques especiados y cítricos, y final refrescante. 90,5 Puntos Portelli

Salentein Brut Nature s/a

Bodega Salentein, Tunuyán, Valle de Uco $2670

José “Pepe” Galante, el enólogo de la bodega, realiza un corte de Chardonnay (60%) y Pinot Noir (40%), ambos provenientes de viñedos propios en el Valle de Uco, rodeando la bodega. Se trata de un “Cuvée Excepcionnelle” de aspecto cobrizo brillante. Sus aromas frescos remiten a la fruta típica del Pinot Noir (cereza), con algo de frutas blancas y final de levaduras. De trago refrescante y burbujas finas persistentes que aportan volumen. 90,5 Puntos Portelli

Rosa de los Vientos Rosé Nature s/a

Familia Schroeder, Neuquén $3100

Es uno de los vinos más aclamados del enólogo Leonardo Puppato. Su aspecto es tan atractivo como su nombre, rosa tenue y brillante. Aromas expresivos y frutados, con burbujas persistentes. Paladar franco y fresco, con un final de cerezas, típico del varietal (Pinot Noir). Además, por su frescura marcada, es un vino que se puede disfrutar solo como aperitivo. 90 Puntos Portelli

Chandon Brut Nature s/a

Bodega Chandon Argentina, Valle de Uco $3950

Con cada añada la bodega aprende más, pero no de la elaboración sino del viñedo, y eso queda bien reflejado cada vez que se degusta este vino espumoso. Una combinación precisa de Chardonnay y Pinot Noir, uvas de viñedos propios ubicados entre los 1200 y 1400 metros de altura. Elaborado por método tradicional con 18 meses de contacto sobre borras en segunda fermentación como mínimo. Sus aromas son frescos, y su paladar franco, tenso, con dejos cítricos muy sutiles, y buen equilibrio entre frutas blancas y carácter de levaduras. burbujas finas y persistentes que resaltan su armonía. 91 Puntos Portelli

DV Catena Nature

Bodega Catena Zapata, Valle de Uco, Tupungato $6950

Blend de Chardonnay (70%) y Pinot Noir (30%), elaborado por Alejandro Vigil por método tradicional, con 30 meses sobre borras. Es un vino que no solo le gusta hacer al enólogo sino también tomar. De aromas clásicos y elegantes, frutas blancas maduras y panificados, paladar tenso y amable, burbujas finas y persistentes y un final complejo. Un espumoso equilibrado para disfrutar por copa, pero también con estructura para la mesa. 91,5 Puntos Portelli