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5 personas del vino

Hay vinos que se explican mejor a partir de sus autores, porque van mucho más allá del líquido que viene embotellado, y es gracias a su significado que transmiten sensaciones diversas que no solo son consecuencia de la calidad o del terruño sino también de las intenciones con las que fueron concebidos.

El vino no se hace solo, pero ¿son más importantes las personas que los lugares? Porque se supone que las unas pasan y los otros quedan, aunque esto no implica que los vinos permanezcan estáticos, porque están vivos. Y si bien un vino puede haber encontrado su paraíso terrenal, en el que combinen de la mejor manera posible la variedad, el lugar con su clima y la mano del hombre haber encontrado la forma para su máxima expresión, su dinámica natural va a exigirle al hacedor de turno un nivel de interpretación tal que siempre será importante su intervención, por más que la búsqueda sea la de la menor intervención. Por eso hay vinos que se explican mucho mejor a partir de sus creadores, porque ya no es una cuestión de calidad sino de búsqueda. Claro que la mayoría no puede estar frente al hacedor del vino cada vez que lo descorche para entenderlo mejor. Esto implica que el vino se tiene que defender solo. Pero en un universo vínico en el cual la calidad ya no es un valor agregado sino una obligación, los llamadores de compra son otros. Las variedades, los tipos, la crianza, los terruños, los hacedores o los estilos. Algunos requieren de más información que otros. Pero una vez que un vino traspasa la barrera del “me gustó”, pasa a ser otra cosa, pasa a ser un vino especial. Y ese vino especial requiere se comprendido cabalmente para poder ser explicado. Porque a todo amante del vino le gusta compartir tanto sus etiquetas preferidas como sus opiniones con quienes compartan el mismo interés. Y ahí es donde hay temas que requieren una mayor atención. Uno es el lugar y el otro las intenciones, y ambos se pueden resumir en la interpretación de un lugar por parte del hacedor. Pero esa es la nueva era de los vinos de terruño, en la cual no solo importa el terroir sino quién y cómo lo embotella.

Acá estamos hablando de otra cosa. De personas que viven el vino de una manera tan especial que sus creaciones vínicas se clarifican con sus explicaciones. Porque la calidad ya está, también la tipicidad varietal está fuera de discusión. Son los vinos que más sirven para intelectualizar el consumo, algo que suena frívolo, pero termina siendo lo más interesante que tiene el vino, ya que es la única bebida capaz de protagonizar charlas extensas y profundas detrás de cada etiqueta especial.

Son muchos, pero vamos a elegir solo cinco para esta nota, que no son tan famosos, pero sí muy reconocidos dentro del mundo del vino.

Karim Mussi, un hacedor diferente, que a fuerza de sus convicciones traccionó la zona más tradicional del Valle de Uco, cuando aún no se hablaba de los vinos de altura mendocinos. Él no se quedó solo en su Consulta querida (Altocedro), sino que amplió su visión para hacer vinos de finca (Qaramy), también vinos a lo largo de los Andes (Alandes) y también instalarse en Salta junto a los hermanos Domingo (Abras). Ahora, apunta a vinificar en el Líbano; de dónde vienen sus antecesores; uno de los terruños más interesantes de Medio Oriente. Y si bien es un nuevo desafío, ya todos sabemos cómo terminará. Hoy, todos los vinos de Karim Mussi comparte su sello y ninguno se pisa. Obvio que son todos vinos y compiten entre sí, pero cada cual tiene su razón de ser. Y la pasión con la cuál explica cada etiqueta es suficiente para convencer hasta al abstemio más empedernido.

Gabriel Dvoskin, el periodista que se enamoró de la viña. Curioso e investigador, como manda su profesión de base, supo enamorarse del vino en Francia. Fue en el corazón de la Borgoña que comenzó a entender la relación entre el vino, la tierra y el hombre. Así fue que viró el timonel en dirección a El Cepillo (Valle de Uco), donde adquirió una finca de 10 hectáreas. Y allí, desde hace más de diez años, aprende, vinifica, disfruta y sigue aprendiendo para seguir vinificando y, obviamente, seguir disfrutando. Estudió y estudia mucho para poder entender su nuevo lugar en el mundo, y sus vinos lo demuestran. Porque una cosa son las intenciones, y otra muy distinta es lograrlas. Gabriel ya está en una nueva etapa en su carrera de hacedor. Porque si bien siempre supo que quería demostrar, hoy ya sabe cómo hacerlo. Y esto le ha permitido agregarle valor a lo que hace sin tener que traicionar la calidad.

Santiago Mayorga Boaknin, el joven enólogo que se recibió de gran enólogo. Cuando llegó a Cadus, el objetivo de la bodega era explorar las regiones, recorriendo Mendoza, más allá de las variedades. Y si bien puede en otro momento haber vinos de otras regiones, para él es uy importante hacer vinos donde vive. Cabe destacar que los vinos de Cadus nacieron a fines de los 90’ como la línea top de Nieto Senetiner, pero luego comenzaron a tomar vuelo como bodega, sobre todo desde la llegada del joven hacedor. Y recién hoy “los vinos que siento más míos”, afirma. Todos los vinos han dado un paso adelante y logran comprobar muchas cosas, pero una es la más destacable, y es la consagración de Santiago Mayorga como gran hacedor de vinos. Porque jóvenes profesionales hay muchos, pero pocos llegan a ofrecer una amplia gama de vinos de diversos tipos, en distintas calidades y en cantidades suficientes, con el carácter y la consistencia que hoy ofrecen los Cadus.

Federico Isgro es el hacedor copropietario de BIRA, un emprendimiento junto a Santiago Bernasconi en el que logra plasmar no solo lo que aprendió en su paso profesional por Italia sino también elaborar vinos como a él más le gustan. Claro que en su búsqueda hay algo genético que lo tira, por eso apuesta tanto por el Sangiovese, aunque cofermentado con Merlot y Syrah, tal como aprendió en la Toscana. Y, a partir de esos tintos argentinos del Valle de Uco inspirados en Italia, nacieron los demás vinos; un blanco y ahora un rosado. Todos son muy diferentes a los que se elaboran acá. Y no es que no se aprecie el Valle de Uco, sino que la interpretación e intención de Fede van más allá. Son auténticos “vinos da tavola”, de esos que se disfrutan mucho en la mesa, comiendo. Claro que alguno de ellos tiene más potencial de guarda que otro, pero lo más interesante es que con pocas cosechas ha logrado compartir su visión vínica.

Fabián Vicario, es uno de los tantos jóvenes hacedores que siguieron construyendo el legado familiar. Nacido en La Consulta, a sus 35 años ya tiene dieciséis cosechas en su haber, pasando por varias de las bodegas más grandes de la Argentina. Pero Fabián en un momento de su corta pero intrépida carrera, se dio cuenta que quería comunicar el vino de otra forma. Y, como buen hijo de viticultor, no dudó en comenzar su propio camino (en 2018) haciendo dos vinos tintos con uvas del viñedo de su padre, ubicado en Pampa El Cepillo. Don Antonio Vicario, más conocido como Nito en la zona, había plantado, por ejemplo, Finca Suarez en el 2000. Pero él solo se dedicaba a vender la uva. Y fue su hijo quien lo convenció de hacer un vino de la familia por primera vez. Claro que Nito hacía algún vino casero para la familia. Y cuenta la leyenda familiar que un día apareció su hijo con un blanco serio y así cambió la historia de los Vicario para siempre. Biplano porque es el desafío de volar y soñar a la vez, y de volar y seguir soñando. En 2019 hizo 100 cajas. Hoy ya elabora 1000 cajas (de 6 botellas) con sus seis etiquetas.

Bianco D Uco Malvasía 2023

BIRA Wines, Valle de Uco $8.500

Hay un gran trabajo a partir de una búsqueda clara detrás de este vino blanco que está pensado para disfrutar sin vueltas. Que en su segunda edición ganó en boca, no solo en volumen sino también en definición de su expresión. Así Fede Isgro vuelve a sorprender con este vino austero a pesar de partir de una cepa aromática. De aromas frescos a frutas blancas y con una acidez sostenida. Un buen cuerpo que lo integra todo un final mordiente con leves dejos herbales secos. Muy claro en su mensaje.

91,5 Puntos Portelli

Altocedro Fincas Corte Único Los Inmigrantes Malbec 2022

Altocedro, La Consulta, Valle de Uco $24.000

Combinando uvas de tres fincas emblemáticas para la bodega y la zona (Finca Los Tanos, Finca Los Gallegos y Finca Los Turcos), Karim Mussi vuelca toda su pasión y conocimiento en este Malbec. Dearomas densos a frutas negras, bien de La Consulta. Paladar carnoso y con taninos granulosos, hay algo de frutas pasas y mermelada. Sus texturas son mordientes y resaltan su frescura. Es largo y joven, necesita más botella, pero ya se siente toda la personalidad de su hacedor.

93,5 Puntos Portelli

Cadus Single Vineyard Finca Las Torcazas Estate Malbec 2019

Cadus Wines, Agrelo, Luján de Cuyo $25.000

Aromas densos y evidentes, con algo de frutas negras pasas y especias secas. De buen volumen, no pesado. Concentrado, con taninos finos y paladar franco, hay fruta negra y dejos lácticos de la crianza. Con muy buena frescura y mucha fruta negra con especias, luego aparecen notas de crianza sobre el final, con toques licorosos, de mina de lápiz y ceniza. Un carácter que habla mucho de Agrelo y del Malbec, con gran potencial. Uno de los mejores vinos del joven hacedor Santiago Mayorga.

94 Puntos Portelli

Biplano del Pago 2018

Biplano Wines, La Consulta, Valle de Uco $22.000

A partir de un viñedo de 80 años en La Consulta nace este Malbec con el que el joven

Fabián Vicario propone volver al pago (que lo vio nacer). De aromas compactos y algo densos, bien de La Consulta. Hay tipicidad con algo madurez, también con frescura y taninos incipientes. Su trago es consistente y al persistente. Las texturas finas mantienen despierto el final de boca. Es un Malbec de autor con buen potencial de guarda.

91,5 Puntos Portelli

Pintom Sur 2021

Canopus, Pampa El Cepillo, Valle de Uco $72.000

De las (apenas) dos hectáreas que hay en la finca de Gabriel Dvoskin, nace este Pinot Noir especial. Hijo de la convicción y la observación. Sus aromas hablan de una tipicidad diferente, mezcla de madurez con tensión y notas de frutas rojas chicas tipo guindas. De trago no muy profundo, pero limpio y con leves dejos calcáreos. La frescura totalmente integrada disimula su amabilidad. Es un vino franco y sutil, que va por donde quiere ir y muestra lo que tiene que mostrar; el carácter de un lugar interpretado por su autor.

94 Puntos Portelli