La gran diversidad que ofrece el vino se ve potenciada por las “fechas” especiales, como el Día Internacional del Riesling que se aproxima. Sin dudas, una oportunidad para “recordar” a esta variedad que es muy popular en sus zonas originarias, pero también en aquellos mercados donde la cocina Thai es la más importante, porque su refrescancia acompaña muy bien los sabores intensos y picantes de esa colorida y variada cocina oriental.
En otras partes del mundo, por ejemplo, en la Argentina, esta efeméride les sirve a los consumidores para “repasar” este tipo de vinos, que realmente llama la atención desde las copas, por ser sueño de un carácter único. El Riesling no se parece a ningún otro vino blanco, tiene personalidad propia, y eso se reconoce fácilmente. Claro, no se trata de una uva blanca más, sino la responsable de uno de los mejores vinos del mundo. Y así como nadie discute el reinado de la Chardonnay, tampoco se puede dejar de reconocer que la Riesling es una de las “princesas”.
Su nombre proviene de la palabra alemana “rüssling”, que significa “pálido”, y tiene más que ver con el color del racimo que con el brillo de los vinos logrados. Cultivada en Alemania durante cientos de años, se la considera una de las variedades más antiguas y nobles del mundo. La primera referencia escrita del Riesling data del 13 de marzo de 1435; es por ello que desde 2009, se estableció esta fecha para celebrar El Día Internacional del Riesling, por iniciativa del famoso sommelier estadounidense Paul Grieco. Originaria de la zona del Rin en Alemania y Alsacia, su existencia está documentada por primera vez en 1435, en el inventario de bienes de los condes de Katzenelnbogen, un pequeño principado a orillas del Rin, quienes poseían seis barriles de “riesslingen” adquiridos a un viticultor de Russelsheim. Más tarde en 1552, el herborista Hieronymus Bock en su compendio de botánica en latín, hace referencia a la variedad.
El objetivo dl día internacional no solo es celebrarla sino también difundir su popularidad y versatilidad, ya que tiene la estructura suficiente para acompañar diversos platos, pero también la frescura ideal para ser el primer vino de la noche, más allá de sus reconocidas complejidades y su capacidad de guarda.
La uva Riesling es cultivada en diferentes regiones, originaria de Alemania, donde se producen vinos con una alta acidez y una sensación en boca crujiente y refrescante, debido principalmente al clima frío de la región. Es por ello que ofrece una amplia variedad de estilos, desde vinos secos y tensos hasta vinos dulces y concentrados, ideales para postres. Además, por ser una uva muy transparente, permite que la influencia del terruño y las técnicas de elaboración sean evidentes en la copa. Por un lado, da vinos equilibrados de aromas expresivos, sin llegar a ser un vino aromático, como pueden ser el Gewurztraminer o el Torrontés. Sin dudas, su clave de éxito es la acidez integrada y natural que no solo le aporta frescura, sino que le asegura una gran longevidad en botella, cuando el vino está pensado para la guarda. A su vez, esta característica (mayor acidez) es lo que permite que sea protagonista de algunos de los vinos dulces más prestigiosas del mundo, porque la acidez equilibra el dulzor.
Si bien la uva es originaria de la región del Rin en Alemania, donde es la uva más cultivada con casi el 21% de su superficie de viñedos, lo que equivale a 22.000 hectáreas aproximadamente. No obstante, esto refleja un leve retroceso, ya que según Wines Of Germany, hace cinco años la superficie en Alemania representaba el 40% del total. Pero hay más Riesling más allá de Alemania, porque en Francia, específicamente en la región de Alsacia, también es una de las cepas más destacadas, con casi 3500 hectáreas. También Austria, Italia y en diferentes zonas del centro de Europa hay varios viñedos de Riesling, siempre en zonas de clima fresco, que se destacan.
Fuera del Viejo Continente también se encuentra, pero en muy pequeñas proporciones, como en Australia, Sudáfrica, Estados Unidos, Chile y en la Argentina, donde hay menos de 100 hectáreas plantadas. Y si bien, esta superficie equivale al 0,21% de las variedades blancas cultivadas en el país, y a un 0,04% del total de uvas, aproximadamente, en algunas zonas va ganando (poco a poco) más protagonismo. Por ejemplo, en Mendoza, donde hay más de 50 hectáreas, en Chubut donde viene creciendo, y hasta en Misiones se están haciendo pruebas con Riesling. Esto explica por qué siguen siendo pocas las etiquetas locales. Pero como dice la famosa frase, “lo bueno, si breve (o poco), dos veces bueno (escrita por Baltasar Gracián en el Oráculo manual y arte de prudencia (Huesca: Juan Nogues, 1647) que comprende trescientos aforismos comentados). Es por ello que todos los Riesling nacionales, ya sean varietales o en blends, están muy bien logrados y cautivan con su particular expresión.
Y para enamorarse del Riesling, lo mejor es servirlo en la mesa acompañando platos picantes y especiados, cerdo en diversas preparaciones, carnes blancas grilladas (pollo y pescado), quesos suaves y delicados, frutos secos y vegetales asados.
Humberto Canale Old Vineyard Riesling 2022
Humberto Canale, Río Negro, Alto Valle de Río Negro $11.100
De la plantación más antigua de Riesling (Finca La Morita, 1937, en General Roca, Alto Valle de Río Negro) de la Patagonia, provienen las uvas para este vino blanco que siempre se hace notar. Porque es dueño de un carácter propio, entre hierbas y frutas blancas maduras, con una acidez sostenida y buen cuerpo. De final fresco y persistente. Beber entre 2024 y 2026.
90,5 Puntos Portelli
Luigi Bosca Riesling 2022
Luigi Bosca, Mendoza, Las Compuertas $25.800
A partir de viñedos propios de casi 70 años, cuidados personalmente desde hace décadas por el Ing. Alberto Arizu, nace este blanco que siempre fue mucho más allá de la originalidad que propone su varietal. De aromas intensos y típicos, con dejos de combustión y frutas ácidas de pepita. De paladar fresco y amplio, también franco y mordiente fino, con una persistencia en la que dominan las notas de crianza y evolución típicas de la variedad y que hablan de una cosecha cálida. Beber entre 2014 y 2026.
91 Puntos Portelli
Doña Paula Altaluvia Riesling 2020
Doña Paula, Mendoza, Valle de Uco, Gualtallary $25.900
Elaborado 100% con uvas provenientes de Finca Alluvia en Gualtallary (Tupungato, Valle de Uco). En la madurez de sus aromas se advierte una cosecha cálida. Sin embargo, en boca domina la frescura de una vendimia adelantada. De aromas expresivos y florales, paladar franco y untuoso, con una acidez que aporta vivacidad, resalta su carácter frutal y los dejos finales (típicos) de combustión. Es un blanco con personalidad propia, que está evolucionando muy bien, con un final texturado con dejos maduros y algo de membrillo. Beber entre 2024 y 2025.
91 Puntos Portelli
Insólito Riesling 2022
Puerta del Abra, Buenos Aires, Balcarce $44.500
La joven enóloga Delfina Pontaroli, reconocida recientemente por la prestigiosa revista inglesa The Drink Business entre los 100 mejores enólogos del mundo, se tomó su tiempo, y logró un blanco de excepción. Si bien es un vino liviano, sus aromas son frescos y austeros, con dejos de manzana asada sutil, de trago poco profundo y dejos maduros, nada de combustión. Beber entre 2024 y 2026.
92 Puntos Portelli
Viñas del Nant y Fall Riesling 2022
Bodega Viñas de Nant y Fall, Chubut, Trevelin $57.500
El origen tan extremo y su poca producción, lo convierten en una botella difícil de conseguir. Blanco filoso y austero, con una acidez sostenida, y notas de manzana asada y verde, de trago mordiente con algo de levaduras. Tiene buen carácter a pesar de ser un vino liviano, con dejos de flores blancas y frutas cítricas, de final limpio y muy refrescante. Beber entre 2024 y 2027.
91 Puntos Portelli