El concepto de caro y barato no es igual para todos, ya que depende de lo que cada uno tenga en los bolsillos. Además, para muchos los vinos valen y no cuestan, no por subestimar el fruto del trabajo sino por valorar todo el esfuerzo y las manos que hay detrás de una botella de vino. Por otra parte, el precio sigue siendo el atributo más importante para el consumidor, aunque éste no tenga que ver con el producto, ya que por más que se modifique el precio, el vino dentro de la botella es el mismo. Pero en un país con altos niveles de inflación, no sorprende que termine siendo el precio la variable de mayor preocupación a la hora de elegir un vino para comprar. Una lástima, porque debería ser algo que sí tenga que ver con el vino; variedad, origen, estilo, carácter de lugar, crianza, en fin, calidad. Pero la calidad tampoco es tan fácil de mensurar, porque para el consumidor el mejor vino es el que más le gusta, y sus gustos son indiscutibles. Por lo tanto, relacionar la calidad con el precio suele ser un tema polémico en cualquier mesa. Por suerte, hay algo en lo que la mayoría puede estar de acuerdo, y es en cómo un vino superó sus expectativas luego de la compra. En otras palabras, si la botella en cuestión le dio más de lo que le pidió. Dejando el tema del precio de lado, están las marcas, las etiquetas y las botellas, ya que el tamaño suele influir en la percepción de calidad. Y si bien el packaging es parte del vino y gran responsable de atraer a los consumidores desde las góndolas, hay que tener en cuenta que deben generar una expectativa acorde a su contenido. Porque si bien pueden cumplir la primera parte del objetivo (que la botella sea comprada), lo más importante viene después del descorche. Y es ahí donde a mayor impacto positivo (léase superación de expectativas), mayores posibilidades de ir por la segunda y tercera botella de ese vino.
Para entender cuándo un vino da más de lo que pide hay que prestar más atención, leer más y quizás pasar un poco más de tiempo en la vinoteca, pero la recompensa está garantizada. Las claves de estos vinos son una RPC destacable, sin que ello implique que el vino sea económico. Ya que esto es relativo a los vinos que están en el mismo segmento de precio. Luego viene la primera impresión, desde afuera. Las etiquetas pueden ser clásicas o modernas y llamativas, pero siempre deben tener mucha información. Porque los buenos vinos, esos que saben que van a dar más de lo que piden, quieren mostrar todo el juego desde el vamos. Por eso, la información en las etiquetas y contra etiquetas será un buen indicio. También el análisis de dicha información. Por ejemplo, vinos rosados hay muchos y cada vez más (por suerte). Pero si además definen la variedad, el lugar y se es orgánico y a un precio accesible, la cosa cambia y se vuelve más atractiva. Y más si la etiqueta es acorde al mensaje y viene con tapa a rosca. También se puede tratar de un blanco clásico, en los que la etiqueta no dice mucho, pero si la marca. Y, sobre todo, la consistencia. Porque si un vino está ahí y se mantiene cosecha tras cosecha a lo largo de los años, significa que es bueno y a los demás consumidores les gusta. Cuando se trata de nombres o marcas poco conocidas, la apuesta suena más riesgosa, pero acá hay que confiar en que estos vinos también merecen su oportunidad. Sobre todo, si el precio es más accesible que ese que ya estamos acostumbrados. Si se trata de blends, la originalidad de la composición puede jugar a favor, más allá de los demás factores como origen y crianza.
¿Y en Malbec? Si bien muchos creen que ya todo está inventado, sigue siendo la variedad más innovadora para los hacedores en Argentina, no solo porque se adapta y refleja muy bien el lugar, sino porque permite dar rienda suelta a la creatividad sin perder ese sello inconfundible que lo ha convertido en el mejor exponente mundial de la variedad. Y una de esas “maneras” de hacerlo puede ser combinando uvas que provienen de diferentes tipos de suelo. Es decir, elaborar un blend de una variedad, o mejor dicho en este caso, un Malbec Blend.
Estos cinco vinos dan más de lo que piden porque ofrecen mucho, más allá del gusto de cada consumidor.
Punto Final Orgánico Rose Malbec 2022
Bodega Renacer, Perdriel, Luján de Cuyo $3100
Elaborado con uvas propias provenientes de viñedo orgánico certificado, se logra un rosado muy actual. De aspecto rosa poco profundo, pero bien brillante, aromas equilibrados a cerezas y a otras frutas rojas. Su paladar es fresco y franco, con agradable vivacidad y un final expresivo, siempre apoyado en la fruta. 89,5 Puntos Portelli.
Fabre Montmayou Terruño Reserva Chardonnay 2021
Fabre Montmayou, Tupungato, Valle de Uco $4150
Desde hace varios años el hacedor uruguayo Juan Bruzzone se luce con los vinos de esta bodega argentina con alma francesa. Acá presenta la nueva cosecha de un Chardonnay clásico de altura, de aromas equilibrados. En boca es refrescante y amplio, con buen carácter de frutas blancas y trago ágil, propio de una cosecha fría. Beber entre 2023 y 2024. 90 Puntos Portelli.
Winemaker’s Selection Blend de Terroir 2019
Ferraro Wines, Mendoza $5500
Ignacio Macciardi (enólogo) y Oscar Ferraro (propietario) se juntan varias veces para definir el corte final de este blend, elaborado a base de Malbec con toques de Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, todas uvas de diferentes regiones de la Primera Zona. Es un tinto de buen cuerpo y generoso en sus expresiones. Se notan la fruta negra del Malbec y las especias del Cabernet, con la madera bien integrada. Es carnoso y profundo. Muy completo y está evolucionando muy bien en botella. Beber entre 2023 y 2026. 91 Puntos Portelli.
Hermandad Blend 2020
Falasco Wines, Valle de Uco, Mendoza $6250
Este blend combina diferentes variedades (Malbec, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot y Merlot) de distintas zonas del Valle de Uco y logra ser muy expresivo. Voluptuoso, amable y fresco, sus texturas de hacen sentir en su paso por boca, pero bien equilibradas por la fluidez consistente. En el final, conviven su carácter frutal con las notas aportadas por la crianza. Y tal como dice en su contra etiqueta, es un vino apto para la guarda y también para su pronto consumo. Beber entre 2023 y 2026. 91 Puntos Portelli.
Proyecto Las Compuertas Cinco Suelos 2021
Durigutti, Las Compuertas, Luján de Cuyo $7300
Héctor Durigutti, junto a su hermano Pablo, refleja en este Malbec Blend la gran diversidad de suelos que tienen en su finca de Las Compuertas, y con cada componente logran este gran exponente. De aromas equilibrados y texturas mordientes finas y consistentes. Paladar fresco y amplio, con tonos de frutas rojas y negras, una nota especiada y algo de infusiones que aporta complejidad al final de boca. Con buen potencial. Beber entre 2023 y 2028. 92 Puntos Portelli.