Vinos de bodegas boutique, vinos de pequeños productores, vinos de autor, etc., todos ellos remiten a vinos elaborados por personas y a pequeña escala. Pero la verdad es que en todas las bodegas los vinos los hacen las mujeres y los hombres que trabajan, tanto en la viña como en bodega. Y, es más, en toda gran bodega, también se hacen vinos a pequeña escala. Por eso, encasillar un vino en una categoría no es tarea sencilla, y menos luego de todas las revoluciones vitivinícolas que se vienen sucediendo en los últimos veinte años. Porque el conocimiento dio lugar a la viticultura de precisión, y con ella llegaron los nuevos vinos de lugar, que más allá de las características del suelo y del clima del año, adquieren los matices de la interpretación de dichos lugares por parte de sus hacedores. Está claro que se pueden reflejar las intenciones en las copas, con mucho trabajo y dedicación. Pero cuando esas intenciones van más allá de la calidad y de un estilo, se abre un nuevo juego. Lógicamente muchos no pueden dar rienda suelta a su imaginación y listo, porque en el fondo, hacer vinos es un negocio, además de una de las actividades más gratificantes que existe. Y entonces, los mandamientos del mercado empiezan a pesar en la toma de decisiones, relegando (quizás) las ganas del hacedor de innovar. Pero cuando el hacedor es su mismo jefe o se puede dar el lujo de “probar” a ver qué pasa porque lo dejan en la bodega, suelen aparecer vinos distintos, vinos con un alma diferente, vinos en los que se puede percibir al hacedor en las copas. Ojo que no se trata de mejores o peores vinos, sino de una concepción diferente, y que en definitiva son los consumidores los que tienen la última palabra. Obviamente, la mayoría de los consumidores no tienen la posibilidad de conocer a las personas detrás de los vinos y deben conformarse con el mensaje en la botella, tanto por fuera como por dentro. Y si algo de lo planeado sale bien, el veredicto será favorable. Y si sale muy bien, llegará la compra de la segunda botella, y así sucesivamente, peor sin conocer a las personas que lo hacen. Entonces ¿cómo sentir o percibir al hacedor en las copas? (Qué buena pregunta, Mario). El vino es vino, y tiene niveles de calidad que se pueden apreciar, de manear más o menos fácil, dependiendo del consumidor. Pero para ir un paso más allá es fundamental la predisposición de la persona que va a disfrutar una copa. Y, sabiendo que también juegan un papel fundamental la compañía, la comida, el entorno, etc., dejarse llevar. Respirar el vino y sentirlo, probarlo y sentirlo, una, dos, tres o cuatro veces, las que sea necesario. Y en ese ejercicio íntimo y lúdico, intentar entenderlo, y entender cuán agradable es, y cuán complejo, y describirlo primero para sí mismo, hasta encontrar las palabras y la definición que permita interpretar ese vino. Y, sabiendo quién está detrás de esa etiqueta, imaginar con el paladar lo que quiso hacer, y que cada una de las sensaciones que brindó el vino sirvan para decodificar su mensaje. Obviamente la gran mayoría de los vinos argentinos están bien logrados, son cumplidores y agradables de beber. Otros sobresalen por su gran calidad, y otros se destacan por intentar ir un paso más allá con su mensaje. Y en lugar de paso a paso, van botella a botella. Apostando a algo en lo que creen y jugándosela en cada cosecha, sin que ello implique ser originales, ni los más arriesgados de todos. A veces, es a partir de un lugar especial, otras de una variedad, otras desde una técnica y otras desde un concepto. Hay mucha libertad en nuestro país para la creatividad enológica, pero el éxito se alcanza cuando esas creaciones únicas (botellas de vino) son adquiridas por consumidores que las valoran y las promueven.
Bianco d’Uco Malvasía 2022
BIRA Wines, Valle de Uco Mendoza $2600
Tanto Fede Isgro como Santiago Bernasconi tienen muy claro el concepto detrás de todos sus vinos, modernos y argentinos, pero con espíritu italiano. Eso explica que también su primer blanco sea ideal para la mesa. De aromas austeros pero intensos, luego se abre. En boca es tenso, con un costado más herbal y cítrico, pero bien equilibrado por su frescura. Con leves dejos florales avanza seco y no muy profundo con el foco en la acidez. Con buen cuerpo a pesar de sus 11,8 grados, texturas y muchas expresiones. Beber entre 2022 y 2024. 91 Puntos Portelli
Casa Petrini Roca Volcánica Malbec 2019
Casa Petrini, Tupungato, Valle de Uco $3600
La nueva cosecha llega con la fuerza de una añada fresca y una interpretación moderna de un terruño de montaña. Ariel Angelini, una vez más, demuestra lo bien que siente el lugar, porque es un Malbec vivo, con energía, de aromas frescos y bien apoyados en las frutas negras con sutiles dejos herbales. Paladar franco y más vertical que sus ediciones anteriores, porque mandan las texturas, incipientes y vivaces. De trago profundo y con buen potencial. Beber entre 2022 y 2025. 93 Puntos Portelli
Manos Negras Artesano Pinot Noir 2020
Manos Negras, San José, Valle de Uco $3600
Variedad que mueve y desafía al Colo Sejanovich, un hacedor de vinos de lugar, cada vez con más precisión. En sus diversas líneas de vinos se aprecia el andar de su camino, búsqueda de lugares especiales para ser expresados en las copas. Y acá hay un Pinot Noir que goza de una gran austeridad, con frescura tensa y un leve carácter frutal de cerezas maduras con toques especiados. Taninos finos que resaltan su vivacidad y aseguran buen potencial. Beber entre 2022 y 2025. 92 Puntos Portelli
Rocamadre Caliche Rosa Malbec 2021
Juanfa Suárez, Paraje Altamira, Valle de Uco $9000
Ya con bodeguita artesanal en la finca y muchos estudios de suelo junto a Guille Corono, Juanfa Suárez está más decidido que nunca a refundar los principios de sus antepasados con el Malbec (y otras cepas) en la zona. Este Malbec nace en pequeñas parcelas con caliche rosa. Vinificada con 50% de racimo entero y criado en barrica vieja de 500l, sus aromas son suaves y leves afrutados. Con buena fluidez granulosa que resaltan sus dejos salinos. Un tinto con carácter diferente y bien equilibrados, más apoyado en la fruta negra (pero austera) típica de Altamira. Beber entre 2022 y 2028. 92,5 Puntos Portelli
Socavones Capitulum I Semillón 2020
Terra Camiare, Quilino, Córdoba $22.000
Gaby Campana es más soñador que hacedor, porque si no sería imposible lograr lo que está logrando en su tierra natal con los vinos. Este vino es muy limitado en su partida, pero casi ilimitado en su potencial. De aromas raros y oxidados al principio, que hablan de carácter. Con buena frescura, hay algo de hierbas y hasta un toque cárnico. Refrescante y de buen volumen, trago limpio y un final seco y profundo. Para servir decantado. Beber entre 2022 y 2025. 92 Puntos Portelli