Bodega y Cavas de Weinert continúa apostando a la implementación de buenas prácticas económicas, sociales y ambientales a través de Fair for Life . Se trata ce un sistema regido por el grupo Ecocert, que crea conciencia sobre los valores del comercio justo en agricultura, manufactura y comercio. Con esta certificación, la bodega busca reforzar su compromiso de actuar con responsabilidad en todo el suministro de la cadena productiva.
En ese sentido, el proyecto apunta a cuidar la calidad de los vinos a través del apoyo de prácticas sustentables entre viticultores, promover el respeto de las condiciones laborales de todos los trabajadores de la cadena, y apoyar activamente a la comunidad de Luján de Cuyo dentro del área productiva de la Primera Zona de Mendoza.
Como parte del programa, se creó un comité dentro de la bodega integrado por trabajadores de cada una de las áreas, elegidos democráticamente. Este comité identifica proyectos y organizaciones con necesidades de alimentación, educación, salud e inclusión laboral en las que la empresa pueda tener un papel más activo, para luego sumar apoyo económico a través de un fondo generado con las ventas de Carrascal Malbec 2020.
La cosecha 2020 de este vino proviene de Finca Besares, un pequeño viñedo de 8 hectáreas ubicado en Chacras de Coria, Luján de Cuyo. Plantado alrededor de 1950, tiene bajo rendimiento natural y está en su segundo año de conversión orgánica, un proceso que dura tres años hasta que se obtiene la certificación completa.
Impacto positivo
El propósito del proyecto Fair for Life es forjar relaciones a largo plazo con cada institución, posibilitando una mejora continua de las realidades que las atraviesan. Otro aspecto importante del proyecto Fair For Life es la colaboración de la bodega con productores de uva en la búsqueda de una conversión orgánica completa de sus viñedos.
Desde su primera cosecha en 1977, Weinert trabaja con más de 20 pequeños viñedos familiares en Luján de Cuyo y Maipú, que poseen algunas de las viñas más preciadas de la región, centenarias de raíz francesa sin injertar.
Muchas de esas viñas son atendidas por viticultores de tercera a cuarta generación. En su mayoría son orgánicos en sus prácticas pero no poseen acceso amplio a certificaciones o conocimientos sobre cómo abordar una auditoría. Además, no tienen posibilidades de asumir los costos adicionales de sustancias orgánicas certificadas.
Es por esto que desde 2020 la bodega implementó una prima del 50% para las uvas con certificación orgánica. Paralelamente, en la actualidad construye el apoyo necesario para motivar a más productores a unirse a una conversión orgánica, ambos temas abordados tanto por el comité de Fair for Life como por el personal administrativo y de vinificación.
Así, el objetivo global de la bodega es convertirse en un referente en el impacto positivo en todos los ámbitos de la comunidad, tanto en el apoyo a los pequeños viticultores familiares como en el impacto de los productos en el medio ambiente y el papel en el desarrollo de un futuro justo y próspero para las generaciones venideras.
Fuente: Asociación Argentina de Sommeliers