Tanto el proyecto Agostino como el desarrollo del concepto de Crux Cocina atraen las miradas de mendocinos y turistas a la hora de ver cómo los vinos de cada bodega logran acompañar menúes tan diferentes.
Alfa Crux Wines está ubicada en La Consulta (Valle de Uco), en una vasta planicie árida con viñedos y magníficas vistas. Así fue como se convirtió en uno de los sitios más visitados por los mendocinos que quieren vivir una experiencia sensorial única.
Por su parte, Agostino, se encuentra en Barrancas (Maipú), una zona que en poco tiempo ha captado la atención de turistas y locales, por la calidad de sus vinos.
En su restaurante, Casa Agostino se inspiró en las raíces italianas de la familia Agostino para tener en cuenta la experiencia de unión y disfrute en familia.
Germán Paez, enólogo de Alfa Crux; y Macarena Giménez, enóloga de Agostino, detallaron cómo se pensaron estos maridajes con el solo objetivo de resaltar de la mejor manera posible todos los sabores que se ponen sobre sus respectivas mesas.
Menú Agostino
- Focaccia de lenta cocción, caracú a la gremolata, aceituna frita, ceja de bife.
- Cornalitos y alioli, tomate a la piedra y berenjena ahumada, farinatta con mermelada de pimientos rojos.
- Cavatelli casero, panceta ahumada, queso de cabra y salvia.
- Milanesa de ojo de bife o pesca del día.
- Postre.
“En Agostino acompañamos tres degustaciones de vinos y líneas diferentes (Terroir, Reserva y Legado) en función de un mismo menú, el cual está basado en una gastronomía italo argentina”, explica Macarena. Y es que la esencia del alma máter de Agostino es, justamente, el origen, la mesa familiar y la cocina de la nonna.
Es por eso que cuando la persona se sienta en una de las mesas de Agostino se le explica en breves comentarios por qué se eligió cada uno en función de lo que la persona está probando. Hay que resaltar que cada paso del menú se sirve en el centro de la mesa, como era en la casa de la nonna, donde todos deben compartir.
“La entrada se marida con un espumante, el cual debe servirse entre 5º y 8º de temperatura. Tanto el caracú, la aceituna frita y ceja de bife son platos grasos que deben ser contrarrestados con la burbuja y frescura del espumante para limpiar la boca”, explica Macarena.
“A la hora del antipasti se ofrece un Casa Agostino Malbec Rose, un Agostino Estate Chardonnay-Viognier o un Agostino Familia Corte de Uvas Blancas, depende la línea que se haya elegido para acompañar el menú. La idea es acompañar la parte especiada de cada plato con un vino de gran volumen en boca para resaltarlo”, añade la enóloga de Agostino.
“Para la entrada tenemos la pasta, y se ofrece Malbec en todas las líneas de degustación. Es un Malbec más fresco y frutado para maridar la pasta, potenciando la parte salada de la panceta”, agrega.
Y completa: “Luego, el principal se marida, en una de sus degustaciones, con un Agostino Estate Syrah Malbec que con su crianza en roble francés y americano le aportan potencia a los apanados del ojo de bife y la costra de almendras de la pesca del día, que a su vez le dan suavidad a esta línea fuerte”.
Menú Crux Cocina
- Langostinos cocidos a la piedra con cebolla morada, zest de limón y limoneta.
- Agua de tomates con agnolottis de parmesano.
- Chivito braseado, cebada perlada, rúcula salvaje y cebollas moradas.
- Ojo de bife en dos cocciones, papas rotas y verdes braseados.
- Sorbet de torrontés.
- Ganache de chocolate, helado de queso blanco, remolachas y peras en almíbar.
“A la hora de acompañar los langostinos, elegimos un Crux Sauvignon Blanc del año prensado directo. Es un vino con no más de 11º de graduación alcohólica con una muy buena acidez natural y aromáticamente muy complejo”, describe Germán.
Y agrega: “Lo que busco así es acompañar estos langostinos con un vino aromáticamente intenso para poder hacer resaltar todos los sabores y los aromas en boca. La idea es combinar la frescura del vino con este fruto de mar para hacerlo más agradable y realzarlo, acompañado con el limón, que a la vez ayuda a equilibrar la acidez”.
Para el agua de tomates con agnolottis de parmesano, Germán cuenta que se eligió un Semillón Crux Xtra, ya que el plato tiene buena textura y es muy aromático, pero también acidez por el tomate. El vino ideal para maridar tiene buena tenacidad y al ser automáticamente verde, va excelente con el tomate y el orégano.
“Por su parte, el chivito braseado va bien con el Tempranillo Crux Xtra, que es un vino con buena estructura tánica en boca, y creo que eso va excelente con el chivito y la cebada perlada, porque ahí tenemos concentraciones proteicas y grasas, y el tempranillo ayuda a arrastrar y hacer más armónico este plato”, agrega el enólogo de Crux.
“Para el ojo de bife, qué más que un buen Malbec”, resalta Germán. “Acá recomendamos maridarlo con un Alfa Crux Malbec 2016, que es un vino con mucha potencia en boca, taninos firmes debido a su paso por el roble. Es un vino nacido en el medio de las piedras, acá en El Cepillo, donde hay mucha amplitud térmica, incluso en un mismo día, lo que hace que nuestros malbec sean súper estructurados. Va muy bien con la carne, más si es ahumada, ya que se combinan los ahumados de jarilla del plato con los ahumados del roble”, agrega.
Y completó: “En cuanto a la ganache de chocolate y el helado de queso blanco, los elijo para degustar con un Malbec Tardío, ya que tiene buen equilibrio entre el alcohol, la acidez y el azúcar, ese trío tiene que estar siempre
Reservas al 0261 467-1021 o 2614 17-0858.