Si bien la popular frase de Bill Clinton no era exactamente “es la economía, estúpido”, fue como se popularizó, y a treinta años de la campaña electoral de 1992 (que lo llevara a ganar la presidencia de los Estados Unidos), sirve para destacar algo con mucha vehemencia.
El pasado 23 de septiembre se publicó una nota en Le Figaro Vin (el diario más prestigioso de Francia) que destacaba al vino argentino. Claro, para ellos destacarse en vinos no es novedad, pero para la Argentina, claro que sí, y más si es en la madre patria vínica. Las periodistas Ella Lister y Alicia Dorey se preguntaron cuáles eran los mejores grandes vinos extranjeros (para ellas), y que al menos había que degustar una vez en la vida. Elegantemente sacaron a Francia de la discusión, pero incluyeron vinos desde California hasta Australia, pasando por Argentina, Italia, España, Sudáfrica, Chile, Grecia y Portugal, entre otros.
Por segundo año consecutivo, el equipo de catadores de Le Figaro Vin probó vinos de todo el mundo durante todo el año; y en particular las etiquetas distribuidas en Francia por Place de Bordeaux; para elaborar este ranking. Cabe destacar que La Place de Bordeaux es un sistema histórico de intermediarios y comerciantes, también central de marketing y de distribución de vinos creada hace más de 700 años. Ya han pasado algunos años desde que los comerciantes se abrieron a bodegas fuera de Francia, forjando asociaciones con algunas de las etiquetas más prestigiosas del mundo.
Si bien ya había tres vinos argentinos que se comercializaban en la selecta red francesa, el ingreso de dos nuevas bodegas este año es una de las grandes noticias para el vino argentino. Por un lado, porque La Place es la gran vidriera que miran los coleccionistas y compradores de todo el mundo para seleccionar los vinos que incorporarán a sus cavas. Y por el otro, porque consolida el posicionamiento del Malbec; y de grandes blends que lo tienen como protagonista; y demuestra su capacidad de estar a la altura de los mejores vinos del mundo. Cheval des Andes y Catena Zapata, con el blend Nicolas Catena Zapata y el Malbec Adrianna Vineyard Mundus Bacillus Terrae ya formaban parte de este selecto grupo. En julio se anunció el desembarco del Zuccardi Finca Canal Uco Malbec 2019, y en septiembre se lanza el Viña Cobos Malbec.
Volviendo a la lista de Le Figaro, hay solo cuatro vinos con 98 puntos, tres de Italia (240 euros, 835 euros y 354 euros, respectivamente) y uno de Argentina; el Nicolás Catena Zapata 2019 a 90,83 euros. La lista continua con los de 97 puntos; uno de Chile, otro de Argentina (Cheval des Andes 2019) y otro de los Estados Unidos. Y después varios de 96 y 95 puntos, provenientes de Italia, España, Australia y Sudáfrica.
Esto significa que no solo hay grandes vinos argentinos entre los grandes del mundo, sino también que el mundo comienza a enterarse que existen. Pero lamentablemente pone en evidencia otra cosa, la falta de valoración de nuestras etiquetas más prestigiosas que reflejan los precios internacionales. Y está claro que, más allá de los costos/beneficios que todas las bodegas tengan, el precio los fija el mercado. Y acá está la clave. Como en nuestro país no se vive como en el primer mundo, no podemos “valorizar” (léase comprar) nuestros mejores vinos al nivel de sus pares internacionales. Entonces, vinos reconocidos del Viejo Mundo valen entre 10 y 30 veces lo que los nacionales. Sin dudas, no es una cuestión de calidad, como bien lo refleja la lista de Le Figaro, sino que es el propio mercado de origen el que debe valorar los vinos. ¿Saben cuál es el espumoso que enorgullece a los franceses y por el que más pagan gustosos? El Champagne. Y por eso, entre otras cosas, es el vino más famoso del mundo, valorizado como se debe en cualquier mercado. Esto significa que hasta que los argentinos no podamos pagar nuestros mejores vinos como los americanos, italianos o españoles, su prestigio estará siempre en discusión. Pero ya sabemos que no es culpa de los vinos y su calidad, ¡es la falta de mercado, #@%*#@…!