En la provincia china de Fujian, se pudo allanar una red de falsificación masiva. Allí se descubrieron más de 40.000 botellas de vino con etiquetas falsas, así como equipos de envasado y etiquetado. Se estimo que el valor del mercado de estos vinos falsos, cuando fueran vendidos es de más de $150 millones.
El operativo fue realizado por la Oficina de Supervisión del Mercado de Fujian, con las oficinas locales de seguridad pública, como parte de su campaña de “Puño de Hierro” contra alimentos y bebidas falsificados e ilegales.
Las autoridades revelaron que entre los productos falsificados incautados había botellas falsificadas de Château Lafite Rothschild de Burdeos y Penfolds de Australia; ambas marcas son enormemente populares en China (e igualmente populares entre los falsificadores).
La falsificación se lleva a cabo abiertamente en China y los mercados falsos son populares entre los turistas occidentales, el vino falsificado se considera un problema de seguridad alimentaria en China.
Existe un temor real de que un producto consumible falso, ya sea un producto dietético, un medicamento o, en este caso, vino, pueda contener un aditivo dañino e ilícito.
La burocracia china generalmente es opaca, pero ocasionalmente los funcionarios publican información sobre sus operaciones exitosas: medidas enérgicas contra la jalea tóxica para bajar de peso o el manejo sin licencia de brotes de bambú secos o el uso excesivo de aditivos en pasteles y, en este caso, vino tinto falso.
Las autoridades señalaron que las falsificaciones eran “extremadamente realistas en apariencia, lo que dificulta que la mayoría de los consumidores.