Desde su apertura en septiembre del 2023, Hualta hotel, de la línea Curio Collection by Hilton, ha capturado la cultura local, uniendo el lujo del alojamiento con el mundo del vino mendocino.
Su estructura, ubicada en calle Primitivo de la Reta al 1015, está inspirada en una bodega tradicional de Mendoza y se distingue por su diseño que simboliza la vid.
El complejo, que en redes sociales se define como “la primera bodega urbana de América” y también “la vinificación más céntrica desde la fundación de la ciudad de Mendoza”, propone una experiencia wine inclusive.
Se trata de la posibilidad de pernoctar en una bodega situada en pleno centro de la ciudad, con actividades para los huéspedes como la visita al sector de producción en el nivel -1, masterclasses y degustaciones de los vinos de Huentala Wines, cada día de la semana de 19 a 20.
La bodega tiene por ahora una capacidad de almacenamiento de 8.500 litros, aunque cuenta con autorización para manejar hasta 12.000.
Bajo la dirección de Atilio Ortega, el enólogo del hotel, ha producido un Malbec fermentado en diversos recipientes como ánforas y barricas que actualmente se encuentra en proceso de crianza.
José “Pepe” Morales, enólogo de la bodega Huentala Wines, ha colaborado estrechamente en la creación de este vino.
Esta bodega no solo sirve como una muestra condensada del proceso vinícola para los turistas, sino también como un laboratorio para experimentar con técnicas y materiales de vinificación.
“Es un proyecto familiar en el que están involucrados mis hijos y mis nietos y que permite la posibilidad única de unir arte y terroir”, describió el responsable de Huentala Wines, Julio Camsen, en alusión a la arquitectura, las piezas de diseño y la experiencia vitivinícola.
El empresario es el principal inversor del grupo Huentala Inversiones Hoteleras, dueños de tres hoteles en la ciudad cuyana que se conectan entre sí: Hualta, Huentala hotel y Sheraton.
Hualta hotel: experimentar sin moverse
La disposición del hotel, que cuenta con varios niveles, representa diferentes etapas del proceso vinícola: desde las raíces de los viñedos en el -2, recorriendo cada parte de la planta en sus otros pisos hasta la degustación del vino en el superior.
Así, la terraza no solo proporciona una vista panorámica espectacular de casi todo el centro y el Cordón del Plata, sino que también integra a los huéspedes en la historia del vino.
En el subsuelo, Hualta Hotel alberga un salón con luz natural, sillas, mesas, un escenario y un jardín vertical. Allí, los días sábados, se celebra “Tango Beat”, un evento que combina música en vivo y tango.
En planta baja, se instaló una sucursal de la parrilla La Cabrera, con su típica propuesta argentina y una carta de vinos pensada desde el terroir mendocino.
En los pisos intermedios se distribuyen las 64 habitaciones y a partir del nivel 8, los huéspedes disfrutan de una vista panorámica de las montañas y el atardecer. Desde septiembre, se realizarán sunsets para maravillarse con el paisaje.
Camsen explicó que el objetivo es permitir a los turistas comparar perfiles aromáticos y experimentar el proceso de cerca, sin tener que ir al Valle de Uco u otras zonas de bodegas.
“Los vinos de Hualta son elaborados con las uvas de la finca La Isabel Estate, nuestro viñedo en Gualtallary que sigue creciendo y evolucionando, con la visión de ser uno de los más grandes y destacados de la región”, subrayó.
Y agregó: “En 2010 plantamos los primeros Malbec en el viñedo, en 22 hectáreas que veníamos preparando desde 2008. Hoy tenemos 97 y el objetivo es llegar a 122 ha. A lo largo del tiempo, hemos desarrollado el campo, construyendo una bodega, un restaurante y otras instalaciones, como el quincho y el lago”.
La mejor carta de carnes
En cuanto a la propuesta gastronómica, el Hotel Hualta alberga La Cabrera, la famosa parrilla de Buenos Aires que ha desembarcado por primera vez en la tierra del sol y del buen vino.
Este restaurante, que abrió sus puertas el 4 de abril, ofrece una experiencia auténtica con un enfoque en la carne argentina y los vinos locales. La Cabrera cuenta con capacidad para 90 comensales en dos salones.
El diseño del restaurante busca evocar un ambiente cercano y familiar. La decoración, que incluye objetos nostálgicos como latas, relojes antiguos y carameleras, proviene de Recuerdos del Pasado, un local de Mendoza especializado en artículos vintage.
La carta de La Cabrera ofrece una variedad de cortes de carne, desde madurados hasta wagyu, con productos provenientes tanto de Buenos Aires como de proveedores locales.
Además, el restaurante presenta una carta con 70 vinos que refleja la diversidad vitivinícola de Argentina, con un enfoque en los vinos de Huentala Wines y una selección de etiquetas que abarcan desde blancos hasta espumantes.
La experiencia gastronómica en La Cabrera se complementa con un sistema de “lupas” y “calentitos”, cortesías que permiten a los comensales personalizar su carne con una variedad de dips.
Los postres, disponibles en degustaciones y porciones individuales, incluyen opciones como flan, tiramisú y helado.
Fuente: Vinómanos (Julieta Aguerregaray)