enero 4, 2024

Mendoza - Argentina

Temperatura en Mendoza:

Mínima 19ºC | Máxima 31ºC

enero 4, 2024

Mendoza - Argentina

Temperatura

Mínima 19ºC | Máxima 31ºC

Importados, para qué

Hoy los vinos de Argentina pueden competir muy bien con otros del mundo.

Hace no tantos años en la Argentina, todo lo importado era mejor que lo nacional; o al menos esa era la sensación colectiva. Pero luego llegó la reivindicación de lo nuestro, la recuperación de las tradiciones y, con ellas, la revalorización de la industria nacional. Y si bien hay cosas con las cuales no podemos competir, está claro que en vinos sí; y muy bien. Tan bien que, por ejemplo, ya no se extraña el champagne gracias a la calidad de los espumosos nacionales. Y aunque aún no tienen un nombre propio, han logrado alcanzar una calidad, un equilibrio y una expresión con carácter de lugar, propio de las grandes casas del Viejo Mundo.

Ser un gran país productor propone al consumidor ventajas y desventajas. Las primeras tienen que ver con la gran oferta y en todos los niveles de precio. Esto quiere decir que la diversidad que se puede encontrar en las góndolas es impresionante, y siempre hay vinos nuevos para probar. Otra ventaja son los eventos y cursos para fomentar la cultura del vino. Al ser productores y tener al vino como bebida nacional, el auge se expande a través de ferias, exposiciones y catas en diferentes puntos del país. También los cursos crecen a pedido del público y todo esto fomenta un mayor interés que le permite al vino ocupar más espacios, tanto en los medios de comunicación como en los hogares. Pero no todo es positivo para el amante del vino. Porque esta gran oferta disimula una de las grandes falencias de nuestro mercado; la posibilidad de disfrutar de vinos importados. No es culpa de la industria sino de la economía del país que impide desarrollar el mercado a cualquier bodega que no sea local. Fundamentalmente por cuestiones macroeconómicas, pero, además porque los vinos llegan aquí a precios elevados que no coinciden con su nivel cualitativo. Y, a igualdad de condiciones, siempre habrá muchas más y mejores opciones de vinos nacionales.

Ahora viene la gran pregunta. ¿Por qué deberíamos tomar vinos de afuera? Simplemente para abrir el paladar y poder viajar más allá de las fronteras argentinas a través de las copas. Hay zonas muy importantes, con mucha historia y de gran prestigio como Burdeos y Borgoña (Francia), Brunello de Montalcino y Barolo (Italia), Rioja y Ribera del Duero (España), Oporto (Portugal), etc. Y siempre será interesante la experiencia de conocer esos vinos, sobre todo cuando se visita dichas zonas, porque la experiencia indica que hay vinos y sabores que no pueden viajar.

Y si bien muchos productores locales o, por qué no, consumidores nacionalistas pueden suponer que la presencia de los vinos importados son una amenaza para el vino local, experimentar lo que hacen en el mundo permite abrir la imaginación. Eso hacen los hacedores en la actualidad para inspirarse y animarse a desafiar los límites. Pero, sobre todo, degustar los grandes vinos del mundo brinda la posibilidad de comprender realmente el nivel que tienen los vinos argentinos y más allá de apreciar sus aromas, sabores y texturas, sentir mucho orgullo por lo que hacemos acá.