Hace 23 años, Néstor y Lila Serenelli se propusieron crear la primera destilería de whisky de malta de Argentina y comenzaron a trabajar para hacerlo, eligiendo Chubut como el lugar que les permitiera hacer un whisky desde el campo a la botella.
Hoy la pequeña producción de La Alazana, un single malt patagónico, empezó a ser codiciada por argentinos y extranjeros. Aunque su precio en la destilería es de cerca de $ 20.000, en la web se ha llegado a vender a $ 80.000. Hoy además del single malt clásico y ahumado también comercializan unas pocas botellas de “Expresión 10 años”.
Oriundos de Bariloche, los Serenelli llegaron a Chubut en el 2000, buscando un lugar en la Patagonia para instalar la destilería. Estuvieron en diferentes sitios de la región, entre ellos Santa Cruz. Sin embargo, al pie del Cerro Quipiltrón, en Las Golondrinas, encontraron el sitio ideal, donde el agua, el suelo, y las condiciones del clima para la maduración del whisky podían acompañar su sueño.
“En el 2000 empezamos a instalar la destilería, pero los primeros años del proyecto nos dedicamos a especializarnos”, cuenta Néstor sobre cómo comenzó la aventura. “Con mi señora viajamos a Escocia, donde ella hizo un máster en todo lo que son procesos de elaboración e industrialización de whisky en la Universidad de Edimburgo, y yo me especialice en una destilería, aprendiendo y trabajando”.
Néstor y Lili básicamente se dedican a destilar whisky de Malta, estilo escoces. Al principio importaban la malta de cebada desde Escocia, ya que no había ninguna en Argentina. Sin embargo, luego decidieron apostar a la tierra fértil de la Patagonia y trajeron tres variedades de cebada de Gran Bretaña, que sembraron en Trevelin y el Bolsón.
Así, hace unos siete años lograron hacer todo el proceso completo del whisky y llevarlo desde el campo a la botella, su gran orgullo.
La fama de este destilado fue creciendo con el tiempo. Tanto, que tuvieron que organizar catas con turno. De lunes a sábado, cuando terminan el trabajo de producción, empiezan con las catas, para grupos reducidos y si el clima lo permite, al aire libre. Llegan a Las Golondrinas unas 500 personas por mes, desde distintas partes del país y también desde el extranjero.
Con sus destilados ganaron dos medallas de oro, una en 2015 de la asociación Scottish Craft Distillers en Escocia y otra en 2018, en Bulgaria. “Los whiskys que se maduran a clima natural, como los nuestros, son muy respetados en el mundo. Los mismos productores europeos nos animan a competir, nos llevamos un oro con un destilado con solo cuatro años de añejamiento”, cuenta con orgullo Serenelli.
La destilería elabora unas 60 barricas anuales de las que se obtienen alrededor de 300 botellas y esperan poder agrandarse hacia 2024. Hoy producen un whisky clásico añejado en barricas exbourbon y exjerez, y dos ahumados (uno añejado totalmente en exbourbon y otro finalizado en exchardonnay).
Para más información ingresar en: www.laalazanawhisky.com
Instagram: @la_alazana_whisky
Fuente: Clarín y ADNSUR+