marzo 3, 2025

Mendoza - Argentina

Temperatura en Mendoza:

Mínima 18ºC | Máxima 26ºC

marzo 3, 2025

Mendoza - Argentina

Temperatura

Mínima 18ºC | Máxima 26ºC

¿La copa media llena o medio vacía?

Los hacedores reconocen que estamos frente a los mejores vinos de la historia de la vitivinicultura de Argentina.

El colega / amigo Pablo Pérez Delgado escribió los pasados días en el Diario Uno la nota titulada “La grieta del vino llegó para quedarse”, en la que hace referencia a que la botella de vino actual más cara de Argentina (Viña Cobos Volturno $480.000) equivale a 284 cajas del vino en Tetra Brik más barato (Blanco Día $1690). Algo que llega a 378 veces si se tiene en cuenta que el envase Tetra Brik trae un litro y la botella solo 750cc. Recuerda que en agosto pasado la diferencia era mayor (521), siempre en base a la información provista por Vinodata. Para luego analizar los enormes contrastes que esto refleja. En conclusión, para el reconocido periodista, más que una grieta es una gran brecha de precios. En mi opinión, y dejando de lado algunas cuestiones coyunturales como las ventas magras del 2024 en el mercado interno y la caída de consumo per cápita a niveles mínimos históricos, es el reflejo de la evolución de la industria vitivinícola nacional. Que hace apenas treinta años, solo tenía un puñado de “vinos finos”, y algunos más vinos de mesa. Y que entre el más caro y el más económico, seguramente había una diferencia muchísimo menor.

Hoy, solo de Malbec hay casi dos mil etiquetas, y si entre el vino más apreciado y el de más bajo precio hay tanta distancia, significa que las cosas se han hecho muy bien. Quizás más rápido de lo que el país y su economía pudiera asimilar. Porque la evolución cualitativa es tan evidente que todo, empezando por los hacedores, reconocen que estamos frente a los mejores vinos de nuestra historia. Lo cual significa que, si se toman menos, el problema no está en los vinos sino en el poder adquisitivo de la gente. Algo en lo que el vino no es responsable. La distancia en los precios reflejados en la nota de Pablo también demuestra una gran diversidad de alternativas, en todos los segmentos de precio. Es decir que hay más y mejores vinos a disposición de la gente, y esta es una gran noticia que despeja cualquier grieta.

Claro que los vinos valen y que en general, su precio refleja su nivel cualitativo. Pero el precio nada tiene que ver con el vino en sí, ya que, si a uno le regalan un vino o se lo venden, la opinión del mismo no debería variar, independientemente de la relación calidad-precio que es otra discusión.

Incluso hoy, la calidad ya no es un valor agregado sino una obligación, lo cual hace más interesante el análisis, porque implica que el mercado valora otros aspectos que van más allá de la calidad. Como por ejemplo el hacedor, o la escasez de botellas, o el origen, o la marca, o la historia, etc. Si al vino hay que agradecerle que nos abrió un mundo de sensaciones, y no solo en materia de vinos, sino también de quesos, aceites de oliva, cafés, tes, chocolates y todo lo que se pueda degustar por su diversidad. En pocas palabras, el vino nos ha demostrado que no todo da lo mismo. Pero el vino es la única bebida que puede ir más allá. Porque no solo es la más disfrutable en la mesa por la diversidad de maridajes que ofrece, sino que, además, cada botella de buen vino es sinónimo de un momento único. Porque solo una botella especialmente elegida puede transformar una ocasión cotidiana en una inolvidable.

Por eso, sin importar cuánto puede pagar cada uno por un vino, hay que reconocerle al vino argentino lo que hizo en estos treinta años. Quizás haya que esperar que el país encuentre de una vez una senda más estable, en la que todos podamos ganar más y por ende invertir un poco más en nuestros momentos de ocio. De ser así, estoy seguro que el consumo va a subir a la par de la felicidad de los argentinos.