La marca creadora de este revolucionario invento es, Klosterbrauerei Neuzelle, de origen alemán, cuya traducción quiere decir cerveza de monasterio ya que son los mismos monjes alemanes quienes crearon este invento en tres presentaciones.
“Es la primera cerveza completamente hecha de polvo y podría cambiar el mundo”, afirma Stefan Fritsche, director general de la cervecera.
El componente base de esta cerveza se elabora con destrina, malta, lúpulo y levadura que se hacen polvo, combinando las cantidades exactas. El consumidor disuelve dos cucharadas en agua y revuelve bien, de inmediato la bebida obtiene su color tradicional e incluso la espuma que caracteriza a la bebida.
Hay cerveza para todos los consumidores, ya que la empresa saca tres versiones:
- Langer: De las más populares, fermenta con levadura a temperaturas bajas.
- Pilsner: Receta originaria de Pilsner República Checa. Tiene un sabor ligero y fresco, pero al mismo tiempo intenso.
- Dark beer: Clásica alemana, oscura como lo dice su nombre, con un sabor fuerte que recuerda al chocolate o café.
Impacto ambiental de la cerveza:
Compuesta por un 90% de agua, la cerveza se produce dentro de una industria que genera un notable impacto ambiental genera y más aún porque se consume en todo el mundo.
Adicionalmente, la industria cervecera hace un consumo fuerte de vidrio, material que se encuentra en escasez en diferentes partes del mundo.
Se calcula que, en Alemania, se tendrá un ahorro entre 3 y 5% de las emisiones de CO2. Si este invento escala a otras empresas, la reducción de carbono en todo el mundo sería hasta de la mitad.
Al ver los datos individuales de cada empresa puede parecer poco, pero si sumas el de todas ellas, entiendes porqué la huella ambiental está tan dañada, de poco en poco se puede hacer un gran cambio.
Monjes alemanes preocupados por la ecología
Al quitar el agua de producción y cuidando el sabor del polvo con el que se va a preparar, la empresa alemana reduce costos de distribución, pero no sólo es un beneficio de la industria, también del medio ambiente que recibe menor huella de carbono.
Lo que muchos podrían pensar es que los monjes son hombres mayores, con grandes túnicas que sólo estudian teología, pero en este caso no es así. Los monjes alemanes que crearon Klosterbrauerei Neuzelle, han estudiado detenidamente el proceso para convertir la cerveza en polvo.
No están solos con el producto, ya que tienen el apoyo del grupo BMWi y el Ministerio Federal de Economía de Alemania, además de los consumidores de cerveza local y organizaciones ecológicas que aplauden el producto.
Fuente: Diario de Cuyo