agosto 8, 2024

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Llegó a nuestro país el sistema vía app de cenas grupales y a ciegas con desconocidos

La aplicación se llama Timeleft. El algoritmo les asigna el lugar y los acompañantes. “Ofrecemos una alternativa a las apps enfocadas en apariencia, creando un espacio donde todos tienen un lugar en la mesa sin importar su perfil”, dice la presentación

En plena pandemia de Covid 19, al emprendedor francés Maxime Barbier se le ocurrió una idea para combatir lo que, para muchos, podría ser otra pandemia de este siglo: la soledad. Primero buscó desarrollar una de las clásicas dating apps para ayudar a la gente a encontrar pareja, pero después le encontró otra vuelta: ¿por qué no promover encuentros sin la presión del fin romántico/sexual? ¿por qué no reunir a varias personas en un mismo lugar?

Así surgió, también, el componente gastronómico, y en 2022 nació la propuesta actual: una aplicación -sí, finalmente todo comienza en el celular, pero no termina ahí- para conectar gente a través de citas a ciegas pero grupales, en las que se comparte una cena con desconocidos.

El lanzamiento fue en Lisboa, Portugal, pero dos años después -y con 2 millones de dólares inyectados por ángeles inversores- el uso de Timeleft se multiplicó hasta extenderse a 37 países y 170 ciudades en cuatro continentes. A Buenos Aires llegó, con una fuerte campaña de promoción en redes sociales, el 10 de abril. Y desde entonces, alrededor de 250 personas la utiliza cada semana.

Cómo funciona Timeleft, la app para cenar con desconocidos

“Ofrecemos una alternativa a las apps enfocadas en apariencia, creando un espacio donde todos tienen un lugar en la mesa sin importar su perfil”, dice la presentación en inglés de la empresa, donde se cuenta su historia y su objetivo de “poner a los humanos en el corazón de la experiencia”.

Quien decide probarla debe registrarse y responder un formulario con 30 preguntas sobre personalidad, hábitos, educación, trabajo y preferencias de comidas, que luego le permitirán al algoritmo seleccionar a los otros cinco participantes afines con los que compartirá la noche.

Después llega el momento de elegir la suscripción, que puede ser mensual (14 dólares), trimestral (32 dólares) o semestral (52 dólares), aunque también se puede pagar el ticket por una única cena que cuesta 8 dólares. En ningún caso incluye lo que se va a consumir, sólo el servicio de coordinación para el encuentro.

Desde Timeleft explican que están trabajando para que pronto se pueda abonar en pesos y afirman que adaptan los valores al contexto económico de cada país. “Comparada con Europa, Latinoamérica tiene una tarifa un 5% más baja, porque se establece en base al costo de vida y los salarios promedios de la región. En Europa es más baja que en algunas ciudades de Estados Unidos, por ejemplo”, observa Ron Leiferman, gerente general para Argentina y América del Sur.

Una vez seleccionada la fecha en que se quiere cenar, sólo se puede optar, por ahora, entre dos zonas de Buenos Aires, en el centro o norte de la ciudad: Caballito/Palermo/Recoleta/Villa Crespo o Belgrano/Colegiales/Nuñez. La locación se revela el mismo día de la cita por la mañana.

Cómo y dónde son las cenas con desconocidos en Buenos Aires

Un miércoles cualquiera (las cenas son siempre ese día), una o varias mesas de restaurantes como Milion, en Recoleta, Cucina Paradiso, en Las Cañitas, o la parrilla Hierro, en Palermo, pueden estar integradas por personas que hasta minutos antes eran perfectos extraños.

La comida es la excusa que congrega: está presente, pero aquí pasa a un segundo plano. Más allá de cuán gourmet sea el paladar de los participantes, lo que se busca es poder hablar en un ámbito relajado.

No hay un menú preestablecido ni el restaurante impone una consumición mínima, con lo cual los platos -y también el gasto individual- corren por cuenta de cada uno. Están los que van por un trago y unas tapas o quienes entran en confianza rápido y optan por compartir entradas o principales.

El monto final depende, también, del nivel de precios del lugar, pero eso es algo que se puede configurar antes de reservar la cena. Quien va por primera vez y sólo pagó el ticket de 8 dólares deberá sumar como mínimo una consumición que parte en los $ 15.000 pero tendrá que agregar hasta 50.000 pesos más si no quiere privarse de ningún paso de la cena. Los mismos adicionales corren para quienes pagaron los 70 mil pesos que vale la membresía full.

Los grupos son mixtos, aunque suele haber mayoría de mujeres. “60%-40% es la proporción”, detalla Leiferman. Sin embargo, puede suceder lo imprevisto, como le pasa a Clara (32), única mujer entre cinco hombres en el día de su debut en Airport, en Palermo. Todos están sin pareja, pero le restan importancia al detalle. “Está bueno que quede claro que no es una app de citas, que no venís con esa intención. A mí me encantó la posibilidad de conocer gente nueva, gente quizás con historias muy diferentes a la de uno. Estoy para repetir”, se entusiasma Clara.

Tras la cena, llega la hora del after, también aleatorio cada semana, propuesto por Timeleft. Algunos se bajan: porque madrugan al otro día o porque no pegaron onda con quienes conocieron. Los demás abandonan la sobremesa y siguen con tragos y música en el bar indicado, donde se encuentran con otros que se aventuraron a la misma experiencia en otros restaurantes. Una gran reunión con más selfies, etiquetado de fotos en Instagram y nuevos contactos de WhatsApp.

Después vendrá la hora del feedback: la app no sólo quiere saber cómo la pasaste sino también con quién te volverías a encontrar de los que conociste. Si no hubo coincidencia en persona, el match todavía puede ser virtual.

Fuente: Clarín Gourmet