septiembre 12, 2024

Mendoza - Argentina

Temperatura en Mendoza:

Mínima 6ºC | Máxima 21ºC

septiembre 12, 2024

Mendoza - Argentina

Temperatura

Mínima 6ºC | Máxima 21ºC

Lo bueno de no ser famoso

El mundo tiene muy bien conceptuados a los vinos de Argentina y el cambio climático puede ofrecer una buena oportunidad para nuestra industria.

Últimamente es muy recurrente escuchar cómo el cambio climático está alterando el carácter de los vinos, aunque a ciencia cierta aún no se sabe si es por eso o por ciclos que vuelven a repetirse. Sin embrago, es cierto que, así como se está empezando a elaborar vinos en zonas antes imposibles como Inglaterra, en Champagne están muy preocupados. Claro, ellos elaboran el vino más famoso del mundo, que nació hace más de 300 años en una zona donde no se podía hacer vinos. Y gracias a la segunda fermentación en botellas, lograron crear el icónico vino espumoso, rey de las celebraciones. Una de sus claves radica en la acidez de las uvas cuando se cosechan, que permiten un vino base tenso y fresco, gracias a una acidez natural muy alta. Pero eso es lo que está empezando a cambiar, ya que las temperaturas medias empezaron a subir y, por ende, al momento de la cosecha, las bases ya no son tan tensas ni tan livianas. Y lo mismo les pasa a los famosos vinos de Burdeos, la Borgoña en Francia y el Ródano en Francia, y a los prestigiosos tintos españoles de Rioja y Ribera del Duero, y a los reconocidos Chianti italianos, entre otros.

Pero lo bueno de no ser tan famoso, es que el mundo no nos tiene tan conceptualizados. Estoy hablando de los vinos argentinos. Que, en este aspecto, gozan de una situación privilegiada. Claro, dada por la naturaleza (como siempre) y no por el gobierno de turno. ¿Por qué? Porque por su ubicación en el Hemisferio Sur, la amplitud de su territorio y las condiciones de sus regiones vitivinícolas, a la Argentina este fenómeno no la va a afectar tanto. Y si bien para eso falta mucho tiempo, esto le significa una gran oportunidad a la industria, si es que la sabe aprovechar. Porque al tiempo que el mundo ya conoce los vinos más famosos, y los disfruta por sus características, es muy probable que los “cambios obligados” derivados de los efectos del cambio climático genera revoluciones en los principales mercados de consumo. Esto no implica que pasarán a ser feos o malos y que así los de Argentina queden como los únicos buenos del mundo; para nada. Pero si va a producir diversas reacciones entre los consumidores globales, ya que estos cambios provocarán distintas sensaciones, y ahí, muchos consumidores saldrán a ver cómo reemplazan a sus vinos preferidos de antes. En otras palabras, se hicieron famosos por algo, el mundo los eligió y ahora tienen que cambiar, porque no les queda otra. Y la gente, en su mayoría, no se va a quedar quieta. Algunos seguirán tomando esos vinos, pero muchos van a buscar nuevas alternativas, quizás por gusto, quizás por sentirse defraudados; veremos. Del otro lado está Argentina, con sus vinos y el Malbec a la cabeza. Un vino que para nosotros es el más importante, y que los profesionales el mundo reconocen, pero que está lejos de ser famoso. Y detrás de él, todos los demás vinos argentinos.

Y si no nos conocen, y gracias al cambio climático, muchos nos descubren, puede ser el gran empujón que necesita esta industria, que empezó el nuevo milenio exportando algunos vinos (pocos millones de dólares). Y diez años después batió su récord (más de mil millones en 2012). Y si bien se mantienen cerca, nunca más se pudo superar esa cifra. Pero se sabe que la culpa no es del vino, porque hoy se hacen los mejores exponentes de nuestra historia. Además, los vinos argentinos no necesitan ni más calidad ni más diversidad, solo mayor comunicación. Pero eso implica mucha inversión y… ¡no hay plata!