marzo 13, 2024

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¿Los blends de zonas, ayudan o confunden?

Todos podemos coincidir que en estos 24 años pasaron muchas cosas en el vino argentino; evolución, revolución y re-evolución. Esto ha generado una gran diversidad de vinos.

Cada vez que tomo un vino, lo primero que hago es degustarlo, para interpretarlo e intentar grabarlo en mi disco rígido (mente). Y lo segundo, antes de disfrutarlo, es interpelarlo. Porque siempre estoy haciéndome preguntas, sobre todo con vinos que proponen cosas, más allá de ser correctos. Aclaro, por las dudas, que desde que sé que voy a tomar un vino, ya estoy disfrutando. Pero volviendo al tema más intelectual del disfrute del vino, siempre me pregunto cosas. Y últimamente hay algo que me genera intriga, y aún no le encontré una respuesta certera, aunque las explicaciones por parte de los hacedores abundan.

Se puede decir que la era moderno del vino argentino comenzó (más o menos) con el nuevo milenio. Y todos podemos coincidir que en estos 24 años pasaron muchas cosas en el vino argentino; evolución, revolución y re-evolución. Esto ha generado una gran diversidad de vinos. Sin embargo, no son tantos los vinos que suben la vara, que van un paso más allá, y no me refiero solo a desafiar límites geográficos.

Esos vinos, digamos “especiales”, primero fueron varietales. Y sin bien muchos no cambiaron de cepa, si de foco, porque hoy su razón de ser tiene más que ver con otra cosa que con el varietalismo. Sin embargo, el Malbec se consolidó como el “mejor vino argentino” y el varietal más reconocido, abriendo puertas en diferentes mercados.

No obstante, ese impulso varietalista duró poco, porque quedó opacado por el “descubrimiento” de los suelos y sus influencias. Entonces, el lugar pasó a ser más importante que la cepa. Así, los componentes del suelo, sus piedras y minerales, se volvieron tan influyentes en la calidad del vino como lo era, hasta entonces, el clima.

Pero cuando recién asomaban las primeras características claras de lugar en las copas, las mismas se vieron eclipsadas por “la interpretación”. Es decir que, ya no importaban (tanto) la variedad ni el origen de la uva, porque lo que más influía en el estilo del vino era el hombre. Y en esa sucesión de decisiones permanentes, alineadas con las intenciones detrás de cada vino, estaba la “nueva” piedra fundamental de la vitivinicultura argentina. Y en eso estamos hoy. Pero si miramos al Viejo Mundo, se podrá entender que es lo que pasa allá desde hace mucho tiempo. Claro, acá no se inventó nada, sino se recorrió un camino. Por suerte, en muy poco tiempo, lo que permitió una evolución cualitativa sin igual. A tal punto que hoy, la calidad en cada segmento, no es un valor agregado, sino una obligación.

Y es en este contexto que me surgió una “nueva” pregunta. ¿Los blends de zonas, ayudan o confunden? Comprendo muy bien qué un varietal se comporta de manera diferente en cada zona, y que, si un hacedor quiere hacer un Malbec, por ejemplo, con ciertas características, deba recurrir a combinarlo con Malbec de otra región para lograr plasmar sus intenciones en un vino. Algo que evidentemente aporta el lugar y no se consigue con un método de elaboración. En un vino varietal, es entendible. Pero en un blend de distintas variedades ¿también? Es obvio que los suelos y las zonas influyen en todas las uvas. Pero si en un blend se busca hablar de un lugar, conviene mezclar uvas de diferentes lugares. Porque son muchos mensajes en una botella. Hablando de vinos que quieren trascender y que son concebidos con muchas pretensiones, suelen tener en común su origen, porque el lugar es parte fundamental de su carácter, más allá de la impronta del hacer.

Por lo tanto, vale todo a la hora de crear un vino, y la libertad es libre. Por lo tanto, se pueden mezclar uvas de regiones, incluso de provincias, incluso de países. Pero entonces me parecería mejor usar una palabra diferente para referirse a blends que son de un mismo lugar. Porque entiendo muy bien que es menos importante la variedad y cómo estuvo hecho el vino, si el lugar “habla” y se refleja en las copas. Pero de no ser así, hace falta más precisión en la información, para entender por qué un blend de zonas es tan bueno como un blend de un mismo lugar.