Los vinos del oasis sur mendocino están de vuelta, de la mano de viejos conocidos y jóvenes hacedores enfocados en transmitir el carácter de ese terruño. Expertos en suelos, como Guillermo Corona, sostienen que San Rafael es una región grande; la única que va de Oeste a Este en la provincia; con zonas muy aptas, mucha historia y antiguos viñedos. Los estudios de clima y suelo que se están llevando a cabo buscan definir la existencia de sub regiones, más allá de las divisiones políticas. También determinar si existe un carácter distintivo y, de ser posible, cuál o cuáles son las uvas que mejor lo representan. Las cosechas 2021 y 2022 sirvieron de puntapié inicial para este renacimiento, y con la 2023 muchos afirman que por fin la región se va a consolidar, a la espera de los 2024.
Igualmente, se necesitan muchos más jugadores, de todos los tamaños y en todos los estilos, para poder acaparar la mayor atención posible, no solo de los nuevos consumidores sino de aquellos que saben de San Rafael, pero lo dejaron de tener tan presente. Hay que tener en cuenta que más del 70% de los vinos producidos en Argentina provienen de Mendoza, y esto incluye los de San Rafael. Pero por cuestiones históricas, este oasis sur siempre fue considerado más como competencia que como complemento de los vinos de la provincia, como pueden ser los del Valle de Uco.
Caracterizar las regiones e ir en busca de sub regiones es básico para poder entender mejor por qué los vinos de allí son como son. Pero más allá de poder transmitirlo en los vinos, el lugar debe ser atractivo, y es ahí donde San Rafael tiene un plus de ventaja por la gran cantidad de propuestas turísticas que ofrece, a partir de su naturaleza. Con los ríos Atuel y Diamante como grandes protagonistas de un paisaje único que se destaca por su gran historia vitivinícola y antiguos viñedos.
Los vinos también tienen su sello distintivo, solo hay que poder demostrarlo con más claridad y cada vez con más propuestas. A grandes rasgos se puede decir que, por clima y suelos, los tintos de San Rafael pueden ser más maduros, pero a la vez más frescos por gozar de la influencia de los vientos patagónicos. Por el lado de los blancos, está comprobado que pueden ser tan frescos como los del Valle de Uco.
Por último, al clasicismo se lo renueva con vinos que mantengan el carácter y la esencia del lugar, pero con una versión más actualizada. Y eso está pasando con la mayoría de los vinos tintos. Incluso algunos se animan a hacer “cosas raras” que van mucho más allá de la originalidad.
San Rafael no solo cuenta con un lindo nombre cargado de historia, sino que posee características únicas por su ubicación. Y por suerte, eso está empezando a sentirse en las copas.
Foto gentileza: Finca El Nevado