Elegir es lindo, pero no siempre una tarea fácil, y los vinos no son la excepción. Porque son tantas las marcas, las variedades, los orígenes, los autores, los métodos, y además porque todos los años se renuevan con la cosecha. Por un lado, esto da tiempo para enamorarse de una etiqueta, y por otro están las complejidades mismas del vino, aunque no sea necesario saber para disfrutarlo. Pero saber cómo elegir un vino es una de las cuestiones más interesantes. Dejando de lado el precio, con la seguridad que en cada segmento hay diversidad de opciones atractivas, el cepaje y el origen suelen ser los aspectos más requeridos. Pero no hay que aferrarse a ello porque el estilo de un vino está más ligado al autor. Entonces, hay que pensar en la ocasión.
Si a mamá le gusta el vino es un buen regalo en su día, siempre y cuando sea una botella especial. El paladar no tiene género, asique no hay que pensar en vinos femeninos, sino más bien conocer sus gustos. También hay que imaginarse cuál sería la ocasión ideal para que pueda descorcharlo, ya que las mujeres prefieren tomarlo a guardarlo. Con esto claro, el elegido debería ir junto con una recomendación del momento, y podría acompañarse de una invitación futura, ya sea en familia, sola con papá o con los hijos. También es muy cierto que las mujeres son más sensibles, por eso hay que ir por vinos más equilibrados. Además, deben ser expresivos y no tan austeros, porque si el vino se guarda mucho en ese momento no causará impacto. Fundamentalmente tiene que ser un vino para la mesa, con la delicadeza justa para acompañar platos bien elaborados que otro le pueda cocinar. Y tener en cuenta que, si la comida es liviana, los blancos y rosados del año son ideales. Para acompañar la cocina casera, blancos y tintos jóvenes, para las carnes asadas el Malbec nunca falla. Y para platos más elaborados o para regalar, pensar en vinos con crianza en roble y al menos cuatro años de estiba.
Más allá de haber sido una bebida asociada a los hombres por siglos, actualmente las consumidoras valoran los buenos vinos incluso con mejores capacidades que los hombres, ya que por naturaleza tienen los sentidos del olfato y del gusto más desarrollados. Apenas una prueba de ello es que en el top ten de sommeliers nacionales, solo hay un hombre. Y como octubre es el mes de mamá, por qué no pensar en regalarle un vino. Quizás prefiere uno dulce; porque los gustos son personales y no se discuten. En ese caso, mejor un vino de cosecha tardía que viene generalmente en botellas pequeñas y elegantes, y son ideales para la sobremesa o acompañando pastelería. Algunos rosados de hoy también vienen en botellas tan elegantes como originales, además de ser vinos ideales para acompañar comidas delicadas. En blancos, se puede optar por algún original white blend, vinos elaborados con dos cepas o más; refrescantes y fragantes. Pero obviamente los tintos ofrecen una mayor amplitud. Y si bien no hay que pensar en vinos femeninos o masculinos, si existen vinos delicados y otros más corpulentos. El Pinot Noir suele ser el más elegante de los tintos, mientras que el Malbec y el Cabernet Franc, los más expresivos. Pero si prefiere los vinos de mayor estructura, sin dudas los Cabernet Sauvignon y los blends serían los más indicados. Y recordar que, para ellas, la apariencia también es importante.