“Germana, mineral, intelectual y exigente”. Así define el Ing. Alberto Arizu al Riesling, la variedad de origen alemán que poco a poco fue cautivando a los aficionados a los grandes blancos del mundo. Es uno de los cepajes más sutiles y longevos que existen; pero además, es una de las variedades que mejor expresa el terroir en el que se cultiva, por lo tanto, es capaz de ofrecer versiones muy diferentes de sí misma.
Los distintos estilos de Riesling son producto del impacto del clima y del suelo propio de cada terroir y del momento de la cosecha de la uva: muy tarde para vinos dulces, bien avanzado el invierno para vinos de hielo europeos, o muy temprano para vinos ligeros. Cuando es joven, el Riesling de Alemania y Alsacia -dos de sus más famosos terruños- sobresale por sus aromas frescos e intensos que armonizan al envejecer, especialmente al pasar los diez años de guarda. En la Argentina y en Chile también existen ejemplares muy interesantes, aunque algunos tienden a ser maduros y sin la chispa ácida típica de los ejemplares europeos.
Para Bodega Luigi Bosca, esta variedad es muy especial, ya que desde el año 1975 elaboramos un Riesling pionero en la Argentina que es sinónimo de orgullo para la familia Arizu. Nuestro Riesling fue plantado en Finca Los Nobles en el año 1965 a partir de cepas de vides seleccionadas; este viñedo situado en Las Compuertas, Luján de Cuyo, a 1.050 metros de altura, es un enclave ideal para esta uva blanca. La altura, el clima fresco y el suelo limoso y calcáreo, con grandes piedras blancas, ofrecen la combinación perfecta para resaltar sus cualidades a través de prácticas agroecológicas y biodinámicas. El resultado es un vino con carácter y personalidad, que representa el terroir y la mano de nuestro Head Winemaker, Pablo Cúneo. En líneas generales, el Riesling de Luján de Cuyo tiene aromas a lima, a limón y a flores silvestres; en boca es frutado, redondo, elegante y con buen cuerpo.
Los 5 secretos del Ing. Alberto Arizu
Por ser una variedad muy exigente en su elaboración, hay cinco secretos que el Ing. Alberto Arizu (p) fue descubriendo a lo largo del tiempo y hoy guían nuestro trabajo para lograr que nuestro Riesling exprese su máximo potencial.
Con motivo del Día Internacional del Riesling, que se celebra cada 13 de marzo, la bodega compartió lo siguiente:
1. Es una variedad inflexible: Si en el viñedo no se realiza un trabajo muy preciso no hay forma de modificar la estructura de la cepa, tiene que estar necesariamente bien formada en la vid. Por lo tanto, un correcto trabajo en la finca es aún más trascendental que la elaboración en bodega.
2. Es de alta oxidación: Nunca se debe olvidar que el Riesling es una variedad muy oxidativa, por lo que hay especial atención y evitar el contacto con el oxígeno durante la fermentación (se realiza una fermentación reductiva, sin contacto con el oxígeno).
3. Un prensado instantáneo: Es indispensable prensar las uvas no más de dos horas después de transcurrida la cosecha, ya que de lo contrario el Riesling perderá gran parte de sus sustancias aromáticas características.
4. Protección de los granos: Durante todo el proceso de elaboración, la uva debe ser absolutamente protegida: en las cajas de cosecha, en la molienda y también en los tanques. La Riesling es una variedad que requiere paciencia y cuidados especiales, pero sin dudas vale todo el esfuerzo y el compromiso del equipo.
5. Trabajarla en frío: Siempre hay que trabajar la variedad en frío y evitar el contacto con el oxígeno para cuidar especialmente la materia aromática de este cepaje, uno de los más complejos y sofisticados que existen.