Al enólogo francés Michel Rolland (76 años, casi 40 como el consultor de bodegas más influyente del mundo) le habían propuesto muchas veces abrir un restaurante propio en otras grandes ciudades, pero ni siquiera los empresarios parisinos habían podido seducirlo.
Sin embargo, aquí está, en la puerta de Michel Rolland Grill & Wine, su flamante local en Puerto Madero, que abrió en enero, pero se inaugura oficialmente con su visita a Buenos Aires. Cerca de él, en la cocina a la vista con la parrilla en primer plano, la chef Magalí Núñez supervisa los fuegos y apura los platos para la primera cena que el anfitrión tendrá con invitados especiales, algunos de los cuales son sus socios en el proyecto.
“A mí, por supuesto, me encanta la carne. El asado argentino, la molleja, la entraña, el bife de chorizo o cualquier corte. Entonces la idea era tener un restorán de carne de alta gama con muy buenos vinos. Pienso que el vino con la carne está andando muy bien y más que todo con los vinos argentinos”, comienza Rolland, en su español “argentino” aprendido en 36 años de viajes regulares.
Cuando muestra la cava, que por ahora sólo alberga etiquetas de sus vinos mendocinos y salteños, aclara que pronto sumará otras de colegas, para que haya diversidad de opciones.
El sommelier Hernán Martín dice que, por ahora, el vino más pedido es el Clos de los Siete, el blend emblemático más popular e identificado con la figura de Rolland en Argentina. Pero la carta tiene más de 50 etiquetas para elegir, con precios que oscilan entre $ 28.000 y $ 236.000 la botella. Estos últimos, tope de gama, corresponden a vinos icónicos que el francés creó especialmente en homenaje a cada uno de sus cinco nietos, en partidas limitadas.
También se puede optar por vinos por copa ($ 5.800, Malbec, Cabernet Franc, Merlot, Chardonnay, Torrontés o espumoso).

Michel Rolland Grill & Wine: cómo son y cuánto cuestan los platos y los vinos
El menú fue diseñado por la chef Magalí Núñez, con probada experiencia en restaurantes como Niño Gordo y La Carnicería, que priorizó las carnes y comidas típicas criollas sin descuidar las opciones vegetarianas.
A la hora de los principales, ofrecen milanesa de lomo ($ 20.500), tagliatelles a la carbonara ($ 12.500), hamburguesa de campo ($ 11.500), risotto con hongos ( $ 18.000) y trucha patagónica ($ 16.500).
Entre las entradas, se puede elegir desde empanadas de carne ($ 3.000 cada una), o berenjena ($ 7.000), hasta croquetas de osobuco ($ 11.500), provoleta crocante ($ 11.500), burrata ($ 12.000), hasta paté de hongos con chutney de arándanos, quinoa y tostada de campo ($ 16.500), entre otras alternativas.
Pero la vedette, por supuesto, es la carne a la parrilla. Sólo eligen cortes premium de Aberdeen Angus, estacionados 21 días y se hacen a la leña. Hay entraña ($ 30.500, 500 gramos, pero también se puede pedir la mitad, $ 18.000), lomo, (18.000), ojo de bife ($ 35.500) y bife de chorizo ($ 18.900). Tampoco faltan las achuras y embutidos (las más solicitadas: mollejas de corazón, $ 15.500) ni un buen repertorio de guarniciones.
El local, con capacidad para 78 cubiertos, tiene un sector ambientado especialmente para desarrollar degustaciones y el salón se amplía con un deck sobre la calle Juana Manso, con área cubierta y descubierta, donde también se sirven cócteles.
Fuente: Clarín Gourmet