Pablo Cúneo, de la bodega Luigi Bosca, habló con CNN Radio en el marco del Día del Enólogo, celebrado la semana pasada.
“Mendoza está cada vez más linda. A raíz del vino, un poco al revés de lo que ocurre en el mundo, donde la gastronomía tracciona el vino, acá las bodegas empezaron a apostar al turismo y ha sido un crecimiento extraordinario, que ha traído el mundo a Mendoza”, explicó en diálogo con el programa Aire de Mañana de Guillermo Panizza.
“Ya hace muchos años que toda la industria vitivinícola, empezando por el viñedo y los especialistas en agronomía, viajamos permanentemente. Hoy Argentina tiene vinos de clase mundial, y es trabajo de años”, agregó.
Según explicó Cúneo, “uno de los recursos más escasos en Mendoza es el agua, y debemos cuidarlo. Los suelos también son muy minerales y hay que cuidarlos, devolverles vida. Todo eso hace al ambiente y tiene que ver con el trabajo en sociedad, lo que rodea a la bodega”.
“Se trabaja con mucha fuerza en la sustentabilidad. Nos sentimos custodios de la tierra, y queremos devolverla mejor a las próximas generaciones. Es uno de los valores que Luigi Bosca pregona y que nos ha guiado en esta historia”, indicó.
Además, respecto a cuestiones técnicas, señaló que “para tratar de resumir las características del terruño argentino, sobre todo el mendocino, debemos saber que tenemos un clima continental. Es desértico, con poca lluvia, por lo que cultivamos viñedos casi orgánicos naturalmente. También tenemos la necesidad de regar, y usamos el agua pura del deshielo”.
“La altura es otro secreto, la única manera que tenemos de regular microclimas. Eso hace que el agua madure de diferentes maderas. Una zona alta, como el Valle de Uco, suele dar vinos con mayor frescura y acidez”, explicó.
“Hacer vino es una mezcla de arte y ciencia. Mantiene unidos a la naturaleza y a la gente, así que es un privilegio trabajar en esta profesión”, cerró.