enero 5, 2024

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Un restaurante argentino en Miami que combina vinos, empanadas y libros está entre los mejores de EE.UU.

El alma detrás de este particular restaurante, que fue destacado en el prestigioso sitio Yelp, son las argentinas Paula Costa y Geraldine Quintero.

Ingresar a Bunbury es entrar a un mundo propio, ajeno a lo que pueda estar pasando en la calle. Por empezar, tiene una luz propia, tenue, que contrasta mucho con la eterna claridad de la ciudad del sol.

Pero no se trata solo de la luz. Bunbury crea un mundo propio basado en los detalles. Una pared hecha con las botellas de vino de vidrio verde (que aportan a la tonalidad única del lugar), una barra a base de corchos que fue hecha a mano por quienes trabajan en el restaurante, mesas todas diferentes -con algunas incluso aisladas, como si se tratara del comedor de una casa-, y libros, muchos pero muchos libros.

La literatura está por todos lados en este restaurante. Desde el nombre, inspirado en un personaje de la obra de teatro de Oscar Wilde, La Importancia de llamarse Ernesto. Pero también está en el menú, donde los tragos llevan nombres literarios, y en la decoración, donde por momentos no se sabe si es un restaurante o una librería.

El alma detrás de este particular restaurante de Miami es una pareja de argentinas, Paula Costa y Geraldine Quintero. Costa tiene un pasado en la gastronomía que la llevó desde ser mesera, a convertirse en chef y ser nombrada la sommelier más jóven de Argentina. Entrenada en el mundo del servicio y la gastronomía de Alan Faena, Costa tiene mucho ojo para el detalle y su mirada está en todo lo que pasa dentro de Bunbury. Quintero comenzó organizando la situación, pero llegó hasta a convertirse en la chef de Bunbury cuando Costa se tomó licencia de maternidad. Entre las dos plasmaron sus sueños e ideas en este proyecto.

“Bunbury empezó como una tienda de vinos y empanadas, bien elaboradas como para estar a la altura de la selección de vinos y una basta selección de libros que yo tenía en mi casa. Un espacio como para disfrutar relajados de esa combinación. Entendemos que tanto en la literatura como en la cocina, y en los vinos, cuando se trata de algo con alma, tienen en común la capacidad de emocionar”, explica a Infobae Paula Costa, poniendo en palabras la sensación que se tiene al entrar al lugar.

Aquel primer Bunbury funcionó de 2014 a 2019 en un espacio compartido con una gomería (tienda de neumáticos), en el que se creó una comunidad. Cada persona que donaba un libro, se llevaba una copa de vino gratis. Así, la biblioteca creció enormemente. Y con la cantidad de libros, también creció el espacio. Bunbury se mudó a una nueva sede en el barrio de Edgewater, muy cerca del centro de Miami, donde funciona hasta hoy en día.

Y es en esta nueva locación, donde además de empanadas hay una carta más extensa que se distingue por las carnes al mejor estilo argentino, donde Bunbury se ganó el reconocimiento de la página web Yelp, quizás la página de reseñas más famosa del mundo, que ubica al restaurante en el puesto número 77 de la lista de los mejores 100 restaurantes de todos los Estados Unidos.

“Es un reconocimiento a nuestro trabajo en equipo, porque Yelp no habla del concepto o del menú, sino de la consistencia del trabajo de todos los días. En base a comentarios y votos de clientes, y esto es lo más difícil de conseguir”, agregaba Costa.

Si bien las carnes asadas son las estrellas del menú, muchos clientes van en busca de los sorrentinos caseros, buñuelos de espinaca o las milanesas, todos productos muy argentinos que hablan no solo del orígen de las dueñas sino que también son un legado de las abuelas que tanto las marcaron y a quienes homenajean con su trabajo.

“Nuestro promedio de duración de cada sentada es mucho más largo que el promedio de otros lugares. La gente llega y se quiere quedar. Cada mesa tiene su propio espacio, su propia luz. Es un lugar bien distinto donde la gente no ve mucho al otro, sino que ve su propia mesa, donde hay mucha distancia y espacio personal”, decía Costa.

La otra estrella del lugar es la carta de vinos, cuidadosamente curada con muchos vinos argentinos, pero también buenos ejemplares de vino californiano y europeo.

Cuando decidieron mudarse a esta locación lo hicieron teniendo en mente la expansión constante. Por eso eligieron un local que tiene una cuadra de largo, que van abriendo en porciones a medida que se van expandiendo, lo que les permite tener cada vez un lugar más grande sin perder la individualidad que le da que sean sus dueñas quienes están en todo.