Presidente Bar es uno de los bares más exclusivos de Buenos Aires. Está considerado uno de los mejores de la Ciudad de Buenos Aires y del país: hace dos años alcanzó el puesto 21 de la lista internacional The World´s 50 Best Bars y hoy ocupa la posición 61 entre los cien más destacados. Esta vez la noticia es que acaba de inaugurar su segunda sede en el Hipódromo de San Isidro.
El nuevo local tiene el doble de capacidad que el de Retiro (Quintana 188) y la misma impronta de elegancia algo retro que le supo dar el bartender Seba García -más conocido como El Cantinero-, director creativo y uno de los socios fundadores de Presidente.
La elección de las coordenadas en zona norte responde a la demanda de muchos de sus habitués que querían disfrutar la coctelería y el ambiente de Presidente Bar sin tener que viajar al centro de la Ciudad. También al deseo de sus dueños de evitar los polos gastronómicos más masivos.
Cómo es Presidente
Presidente Bar es una experiencia donde cada cliente elige su propia aventura. Ésta arranca desde la entrada misma del Hipódromo (en la intersección de Av. Márquez y Av. Fleming). Tanto a pie o en auto hay que recorrer un paseo arbolado en dirección a la entrada del bar donde espera el valet parking.
Al igual que el bar de Retiro, Presidente tiene dos salones, claro que de dimensiones mucho mayores. El de la planta alta es circular y con una vista a la pista que se funde con el verde del horizonte. Cuenta con una nutrida barra y música de Dj. Está la posibilidad de salir a una pequeña terraza y -si se tiene suerte- ver una carrera de caballos en vivo y en directo.
Bajando las escaleras aparece “la biblioteca”, un piso más tranquilo con música suave y sillones de pana y capitoné rodeados por cientos de libros y mesas bajas de mármol con veladores calibrados para que la calidez sea homogénea. Allí se encuentra una segunda barra de madera, más clásica pero con el sello García: orden extremo y lienzos blancos que demuestran la pulcritud con la que se trabaja.
Cada sector está pensado hasta el más mínimo detalle. La biblioteca pasadizo (un pasillo lleno de cuadros con caballos que conduce a un elegante toilette donde hay sillones y libros en el techo e incluso un carruaje) es un espacio altamente instagrameable.
Según García, el plan ideal es “tomar un aperitivo en la barra y picar algo. Pasar a la mesa y ordenar un plato con un vino y continuar con una tabla de queso de postre (viene con miel de panal) con un espumante”.
Para quienes quieren continuar la noche, “se sube al otro salón y se corona la velada con un cóctel en la barra con bailecito incluido”. El bartender asegura que si se llega a las 20, a la medianoche ya se pudo vivir toda la experiencia. El bar está abierto hasta las 3 am.
Qué comer y beber
Cada salón tiene su carta de cócteles, para que los comensales puedan vivir aventuras diferentes en sus visitas.
A San Isidro se trasladaron el “alma” y los favoritos del Presidente original pero se sumó una novedad inspirada en el premio Carlos Pellegrini (el gran clásico del calendario hípico argentino). Se eligieron 7 ganadores, se investigó sobre la coctelería del año de sus triunfos y esos tragos se reversionaron. Se sirven en vasos especialmente diseñados con cabezas de caballos (desde $ 2.000).
“Actualmente hay un concepto más rocker, más desaliñado de la coctelería. Pero mi lema es mantener vivos los años 50 y 60, la época dorada donde servían los cócteles sobre un paño blanco, como lo hacemos nosotros acá”, señala Seba García a quien en la escuela de coctelería un profesor de 80 años lo marcó cuando le dijo: “Antes de ser bartender, yo te voy a enseñar a ser un caballero”.
Los cócteles clásicos de la casa, servidos en cristalería tallada, no pueden faltar. Destacamos a “Amore Milano” ($ 2.060), una mezcla de single malt (whisky puro de malta) con jugos naturales, una creación de García que se replica en las barras de todo el mundo.
La carta sigue con tres variedades de Negroni (desde $1.990), Gin tonic ($ 2.250) y Aperol Spritz ($ 2.490), entre otros. Los cócteles clásicos “con estilo”, como ellos los llaman, van desde $ 1.860 hasta $ 3.230, el Belle Epoque hecho con Hennessy VS, absenta, limón, almíbar y espumante.
Todo el equipo de Presidente Bar, formado por sus seis socios, Ezequiel Pereira, Sebastián Schkair, Germán Pereira, Mariano Maciel, Daniel Gabrielli y “El Cantinero” Seba García probó las recetas durante mucho tiempo. Tomaron como base los platos exitosos del Presidente original y sumaron nuevas creaciones para zona norte.
La comida tiene tanta importancia como los cócteles. “La mayoría de los bares del mundo ofrecen 4 o 5 platitos. Acá podés comer”, señala García.
La carta muestra entrantes varios como langostinos crocantes ($ 3.720), bruschettas de jamón crudo ($ 3.290) o salmón ($ 3.850), pulpo al pimentón ($ 5.840), porción de 4 empanaditas copetín de osobuco de res, acompañado de salsa criolla ($ 2.390), entre otros.
En cuanto a los platos principales se puede optar por pesca, pasta, risottos, ensaladas y sushi. Se destaca el salmón grillado acompañado con papas españolas, crema de espinaca y almendras tostadas ($ 6.480) y el risotto de hongos (pino, champiñón y portobello) acompañados de un crocante de queso y aceite de trufa ($ 4.900).
Dentro de la propuesta de sushi hay rolls, $ 4.780 las 9 unidades, niguiris de salmón ahumado sellados con manteca japonesa ($ 3.720), sashimi presidencial $ 3.980 las 5 unidades o la opción “Degustación Presidente” que incluye 10 rolls de langostinos, 10 de salmón, tiraditos de pesca blanca y niguiris, desde $ 9.290.
“Recién abrimos y siempre hay cosas para mejorar. Incluso en nuestro primer local seguimos encontrando cosas… La gastronomía se alimenta por tendencias, servicios y hospitalidad. ¡Y todo cambia!”, concluye García. También anticipa una noticia: en seis abrirán otra sucursal en en el barrio Wynwood de Miami.
Fuente: Clarín
Foto principal: La Nación