La pandemia obligó a todos a modificar hábitos y costumbres para siempre. Y es en esta nueva normalidad que para adaptarse y seguir adelante surgieron alternativas que llegaron para quedarse. Por suerte, el vino siguió avanzando, con un consumo interno que aumenta y lanzamientos que se multiplican, ampliando la diversidad. Y quizás, con más tiempo en casa es hora de que muchos entusiastas del vino se animen a dar un paso más, porque aprender y conocer más sobre vinos permite disfrutar más cada copa. Ya hay una plataforma, líder en formación universitaria digital, dedicada a la noble bebida nacional. Incluso se hace la carrera de sommelier profesional desde cualquier lugar del país. La metodología es muy fácil, hay cursos virtuales con clases off-line, para hacer cuando cada uno quiera y pueda, y on-line, para hacer en vivo en momentos determinados; siempre con tutores para un seguimiento personal. Los vinos no son una preocupación, ya que cada cursante recibe en su domicilio los vinos. A esto se le suman las ofertas de catas virtuales por zoom y los numerosos vivos de Instagram que hacen los enólogos. Escuchar a los hacedores, copa en mano, es la mejor manera de aprender. También practicar en casa, descorchando y anotando las sensaciones que deja cada vino, y compartiendo esas apreciaciones con amigos que también disfruten el vino. Así, la memoria olfativa y gustativa se irá ejercitando, permitiendo descubrir todos los matices de un vino; la tipicidad varietal, el carácter del terruño, las intenciones del winemaker y el estilo y calidad de cada etiqueta. También se puede recurrir a los libros, y en ese sentido, en lugar de optar por publicaciones internacionales es mejor recurrir a las locales, que, si bien no abundan, hablan de los vinos que acá se consumen a diario, y terminan siendo de más ayuda en la formación de los paladares. Hay dos libros de vinos que ayudan a entender de manera fácil cómo apreciarlos, disfrutarlos y elegirlos. “Los Buenos Vinos Argentinos”, la clásica y reconocida guía realizada por la prestigiosa periodista Elisabeth Checa que con su edición 2022 cumplió 15 años. Y si bien la Checa falleció, dejó su legado en esta publicación que refleja las tendencias, la evolución y el recorrido de la vitivinicultura argentina a través de su mirada. Además de notas, hay 568 vinos seleccionados de aproximadamente 105 bodegas. Por su parte, Marcela Rienzo; sommelier y comunicadora; presenta “Chin Chin, el vino es fácil”, un puente para que el vino siga siendo parte de las mesas argentinas y de la vida cotidiana. Escrito sin vericuetos ni palabras difíciles. Los lectores encontrarán las respuestas a las preguntas más comunes: qué es el vino, cómo descorchar una botella, qué platos van bien con determinados vinos, qué hace un enólogo, cómo elegir un vino, etc.
Todo suma a la hora de aprender de vinos en casa, pero lo más importante siempre será la predisposición del consumidor, porque prestar atención marca la primera diferencia. Y luego, escribir las sensaciones, ya que ayuda a memorizarlas mucho más. Lo demás será cuestión de lectura y práctica. Para lo primero no se necesita ayuda sino tiempo, pero para lo segundo sí. Por eso es ideal armarse de un grupo de cata en el cual cada uno aporte no solo una botella de vino en cada reunión sino también sus apreciaciones y experiencias, porque en el intercambio con ellos también hay mucho aprendizaje.